Miles de personas reclaman en Donostia compromisos claros para erradicar la tortura

Miles de personas han secundado la manifestación que ha tenido lugar esta tarde en Donostia para denunciar la “realidad oculta y silenciada” de la tortura y reclamar compromisos claros para su erradicación y para “desmontar todo el entramado que hace posible esta lacra”.

La marcha ha sido secundada por miles de personas. (Jon URBE/ARGAZKI PRESS)

DONOSTIA-. La marcha ha partido a las 17.45 del túnel del Antiguo entre aplausos y gritos de “Torturarik ez”. Víctimas de la tortura y sus familiares, representantes de TAT y familiares de los jóvenes independentistas detenidos en la última redada llevaban la pancarta. Muchos de ellos no han podido contener el llanto. La manifestación se ha abierto paso lentamente entre la multitud que esperaba para sumarse en las aceras del Paseo de la Concha. Dos furgonetas de la Ertzaintza se sitúan por delante, a unos 200 metros de la pancarta.

“Ez, ez, ez, torturarik ez”, “herriak ez du barkatuko”, “errepresioa ez da bidea” y “euskal presoak etxera” son algunas de las consignas que han coreado los manifestantes. En el recorrido, un grupo de personas ha escenificado diversos métodos de tortura como “la bolsa”, la aplicación de electrodos o “la bañera”.
A Donostia han acudido, entre otros, representantes de la izquierda abertzale (Jone Goirizelaia, Tasio Erkizia, Niko Moreno…), de EA (Maiorga Ramírez) y de Aralar (Oxel Erostarbe, Rebeka Ubera), además de miembros de los organismos sociales y sindicales que arroparon la convocatoria, entre ellos la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, y el de ELA, Adolfo Muñoz.
“Una realidad oculta y silenciada”
La cabecera de la manifestación ha llegado al kiosko del Boulevard hacia las 18.35. Allí se ha celebrado el acto político, en el que los organizadores han recordado una a una a las trece personas que en los últimos 50 años han muerto como consecuencia de la tortura, mencionando sus nombres entre los aplausos del público.
Ane Ituño y Lorea Bilbao (TAT) han denunciado que la tortura es “una realidad oculta en nuestro pueblo”, cuya utilización “se decide a escondidas en algunas oficinas de Madrid”, y que “los cientos testimonios de tortura son sistemáticamente escondidos y silenciados”.
Sin embargo, han destacado que con la manifestación de hoy y con los hechos de las últimas semanas –los jucios contra los guardias civiles y policías acusados de torturar a Mattin Sarasola, Igor Portu y Maite Orue–, la realidad de la tortura ha salido a la palestra y “hemos dado pasos importantes para ir superando de una vez por todas esta violencia brutal, inhumana y sexista”.
“Egoi Irisarri tiene que ser la última persona hospitalizada tras sufrir torturas en comisaría, no podemos permitir que los torturadores tengan impunidad para poder poner una sola bolsa más sobre la cabeza de ningún detenido, ni permitir que las mujeres detenidas sigan sufriendo humillaciones y vejaciones sexuales”, han proclamado.
Desmontar el entramado
Para ello, han considerado necesario terminar con el régimen de incomunicación y “desmontar todo el entramado que hace posible esta lacra, empezando desde las oficinas de la Moncloa y terminando en los calabozos de la Policía Nacional, Guardia Civil y Ertzaintza”.
Los organizadores han subrayado que la tortura es una decisión política y que acabar con ella tiene que ser por lo tanto una decisión política. “Tenemos que obligar a los responsables políticos de la tortura a tomar esa decisión y eso requiere trabajo”, han destacado, al tiempo que han reclamado compromisos claros y hacían un llamamiento a a la denuncia y la movilización.

 

---