El inmovilismo estatal provoca otra gran movilización vasca – Gara
Cerca de 27.000 personas completan casi todo el recorrido de la manifestación de Donostia para exigir el fin de la política carcelaria y comprometerse con el retorno de presos y refugiados a sus casas. Tras la última condena de Madrid, proclaman que «se acaba llenar las cárceles de vascos»
Ramón SOLA- Ana ABARIZKETA | DONOSTIA
Esperas de hasta una hora para sacar el coche de un parking del centro, colas que daban la vuelta a la esquina en las parada de autobús, y un mar de paraguas que empezaba en el Ayuntamiento y llegaba hasta más allá de La Perla. Donostia se colapsó ayer tarde, en medio de un chaparrón incesante que duró justo lo mismo que la manifestación, para reivindicar que la política de dispersión no se sostiene un día más y que «la democracia y la libertad deben abrirse paso».
El mensaje es reiterado en Euskal Herria, pero ayer sonó con fuerza especial y fue captado también por los centenares de periodistas que informan de Zinemaldia, entre cuyas sedes principales -Kursaal, Victoria Eugenia, hoteles como el Londres y el María Cristina…- discurrió la manifestación. Se preveía una marcha potente, pero posiblemente la sentencia emitida el viernes por la Audiencia Nacional contra Arnaldo Otegi y sus compañeros le dio todavía un empujoncito más.
La condena acaparaba los corrillos que se formaban más allá del túnel de Ondarreta, punto de inicio. Por allí estaba Rafa Díez Usabiaga, castigado a diez años, al igual que otras personas que se sentaron en el banquillo junto a él y han quedado exculpadas, como Amaia Esnal. Y muy indignado se mostraba el secretario general de ELA, Txiki Muñoz.
El mensaje final incluyó una mención a este último caso, para saltar de ahí a un mensaje general y contundente: «Se han acabado los tiempos de seguir llenando las cárceles de vascos. Se han acabado los tiempos de detener, torturar, juzgar y encarcelar. La ciudadanía vasca tiene la total determinación de traer a Euskal Herria la paz definitiva, la democracia y la libertad. En ese camino, vamos a vaciar las cárceles -añadieron-, y nuestro compromiso es firme: traeremos a casa a absolutamente todos los presos vascos y refugiados políticos».
«Tenemos fuerza suficiente»
La declaración fue leída desde un escenario situado junto al Ayuntamiento por Beñat Zarrabeitia y Mari Feli Etxeandia, representantes de Egin Dezagun Bidea y que conocen en sus propias carnes la crudeza de la política carcelaria, sobre la que el texto daba un buen número de datos y ejemplos.
El testimonio vivo del dolor provocado por la dispersión estaba también en la pancarta, ya que entre quienes la sostenían había quienes han perdido familiares por la política carcelaria, junto a gentes del cine vasco que quisieron poner su granito de arena a esta convocatoria.
Tras ellos, gentes de todo tipo, desde representantes institucionales como Lohitzune Txarola, presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa, o la diputada de Cultura del herrialde, Ikerne Badiola, a políticos de la izquierda abertzale, EA, Alternatiba o Aralar, representantes de diferentes sindicatos, músicos como Fermin Muguruza, abogados como Iñaki Goioaga, Iñigo Santxo y Adolfo Araiz, profesores, bertsolaris, escritores…
Todos ellos hicieron suyo el compromiso de continuar con esta pelea que ayer conoció un nuevo impulso, pero que a su vez es preludio de nuevas citas. Los convocantes del acto de ayer hicieron una invitación expresa a preparar ya la movilización del mes de enero con el reto de que sea la mayor conocida en Euskal Herria. Todo ello desde una premisa: «Estamos convencidos de que en Euskal Herria tenemos suficiente fuerza y arrojo para taer a los presos y refugiados vascos a casa. Y las llaves para ello son la organización y la movilización». Entre tanto, animaron a sumarse a las movilizaciones de cada último viernes de mes o a colocar banderolas en los balcones.
El logo por la repatriación lució en miles de pegatinas, de gran tamaño, si bien la imagen general de la manifestación quedó inevitablemente deslucida por la lluvia. Empezó como un ligero sirimiri diez minutos antes de arrancar la marcha, lo que hizo que los solidarios con los presos se cobijaran debajo del túnel del Antiguo, y acompañó todo el recorrido para arreciar ya al final, en el Boulevard. Esto hizo que miles de personas tuvieran que marcharse a la carrera, sobre todo los que habían acudido con silletas a una manifestación que resultó muy familiar. El contraste fueron otros muchos que ni siquiera llegaron al final, debido al tapón que impidió pasar más allá del María Cristina.
Presos, independencia, tortura
No hizo falta que partiera la pancarta de “Eskubide guztiekin, euskal presoak etxera” para que comenzaran a escucharse gritos que resultaron ya ininterrumpidos hasta el final de la manifestación. Los más coreados fueron “Euskal presoak etxera”, “Amnistiarik gabe, bakerik ez”, “Ez, ez, ez, dispertsiorik ez” y “Errefuxiatuek Euskadin bizi behar dute”.
Se les sumaron otros en favor de la independencia, así como el mensaje de “Jo ta ke, irabazi arte”. El bertsolari Beñat Gaztelumendi puso prólogo a la intervención final con un bertso que arrancaba citando a los cinco condenados el viernes por la Audiencia Nacional y concluía afirmando que el camino está marcado y aludiendo a la iniciativa promotora de la manifestación: «Helmuga zein den badakigu ta egin dezagun bidea».
En el recorrido aparecieron además pancartas que exigían la libertad para quienes ya han cumplido tres cuartas partes de la condena o sufren enfermedades graves. Sobra decir que muchos familiares y amigos de presos faltaron en Donostia porque tenían visita a muchos cientos de kilómetros; para ellos hubo un recuerdo en el mensaje final.
Se reivindicó también el fin de la tortura (“Askatasun haizea ez du poltsa batek itotzen”, decía una pancarta a la entrada de la calle San Martin), y se recordó que el 1 de octubre hay otra cita en Iruñea contra los macrojuicios a jóvenes vascos.
«Gure konpromisoa sendoa eta irmoa da; kartzelak hustera goaz»
Miles de personas hemos unido de nuevo nuestras fuerzas en Donostia, para reclamar que los derechos de las y los presos políticos vascos sean respetados de inmediato. Lo hacemos además mirando al mundo, en el contexto de un festival internacional de cine que atrae la atención fuera de nuestras fronteras. Queremos dar a conocer la cruel realidad que padecen las y los presos vascos, lo que constituye también la mayor violencia política de Europa (…)
Zazpiehun preso politiko baino gehiago daude Espainiako eta Frantziako kartzeletan dispertsatuta. Azken urteetan, preso politikoen kopuruak gora egin du, frankismo garaiko zifrekin parekatuz. Horrekin batera, preso politikoen kontrako neurri krudelak areagotuz joan dira. Dispertsio politikak hogei urte baino gehiago daramatza ondorio larriak ekartzen. Aurpegirik gordinena, errepide istripuetan hil diren presoen senideena da.
La dispersión supone un sufrimiento prolongado para centenares de familiares, amigas y amigos, obligados a realizar cada fin de semana miles de kilómetros para poder ver a sus allegados en prisión. Supone además una sangría económica para centenares de familias. Desde aquí queremos enviar un caluroso abrazo a las miles y miles de personas que ahora mismo se encuentran de viaje (…)
La cadena perpetua encubierta, que se aplica entre otras medidas gracias a la doctrina 197/2006, se traduce en que las y los presos políticos vascos que han cumplido largas condenas de 15, 20 ó 25 años sigan en prisión. Asimismo, abre la puerta para que las y los presos políticos vascos estén encerrados durante 30 y 40 años. Se trata de una medida que choca frontalmente con una nueva fase política que supere las raíces y las consecuencias del conflicto, ya que augura venganza y represión para 30 ó 40 años más.
Es una medida que no tiene encaje alguno en un nuevo tiempo basado en el respeto absoluto de todos los derechos, sin exclusión ni represión alguna. Un nuevo tiempo que nos conduzca para siempre a un escenario de paz, democracia y libertad a Euskal Herria.
Por ello lo decimos alto y claro, la aplicación de la cadena perpetua encubierta debe finalizar de inmediato, con la derogación de la doctrina que la impone, y liberando a las y los presos que han cumplido condena, así como a los que han rebasado las tres cuartas partes de la misma.
Gaixotasun larri eta sendaezinak izanik ere, preso politikoak kartzelan mantentzen dituzte, preso hauen biziak arriskuan jarriz. Azken hilabeteetan zehar, egoera honetan diren presoen artean bederatzi etxera itzuli dira, espetxeratze arinduarekin. Hau ez litzateke posible izango, egoera larri honekin bukatzeko egin den mobilizazio andanarik gabe. Beste bederatzik gaixotasun larriekin kartzelan jarraitzen dute eta horiek denak etxera ekarriko ditugu datozen hilabeteetan, ez dugulako onartuko inolaz ere krudelkeria honek minutu bat gehiago iraun dezan.
A todas estas medidas de venganza y chantaje, se suma el trato cruel e inhumano que padecen las y los presos políticos vascos en prisión, bajo régimenes de aislamiento, férreas medidas de control, impunidad que permite que las y los presos sufran palizas por parte de funcionarios y policías (…)
Euskal Preso Politikoen Kolektiboari aplikatzen zaion kartzela politika, krudelkeriaren sinboloa da. Mendekua, xantaia eta errepresioa oinarrian dituen kartzela politika da preso politikoei ezartzen zaiena, erabat salbuespenekoa den legerian sostengatzen dena. Hala izan da urte luzeetan zehar, eta berdinetan dirau gaur egun. Berdinetan dirau, eta horregatik, krudelkeriaren sinbolo ez ezik, kartzela politika Estatu itxikeriaren, arduragabekeriaren eta immobilismoaren adierazgarri nagusia da gaur. Izan ere, kartzela politika honek, preso politikoen eskubideak era larrian urratzeaz gain, Euskal Herrian zabalduriko prozesu demokratikoa oztopatu eta geldiarazteko esparrua da.
Así las cosas, lo decimos alto y claro, con firmeza y rotundidad: La democracia y la libertad deben abrirse paso, y con ello, la política penitenciaria debe pasar de inmediato de claves de represión y utilización a paramétros de resolución democrática (…)
Atzokoan Auzitegi Nazionalak kondena berriak ezarri zituen, Bateragune kasuko epaiarekin. Baina bukatu dira kartzelak euskaldunez betetzen jarraitzeko garaiak. Bukatu dira atxilotzeko, torturatzeko, epaitzeko, kondenatzeko eta jendea kartzelara bidaltzeko garaiak. Euskal jendarteak Euskal Herrira betirako bakea, demokrazia eta askatasuna ekartzeko bidea erabakimen osoz hasia du. Bide horretan, kartzelak hustera goaz, eta gure konpromisoa sendoa eta irmoa da: euskal preso eta iheslari politiko guzti-guztiak etxera ekarriko ditugu.
Horretarako, guztion artean urtarrilerako herri mobilizazio orokor bat prestatzera egiten dizuegu gonbita. Posible delako eta egin dezakegulako. Konbentzituta gaude Euskal Herrian badugula nahikoa indar eta kemen preso eta iheslariak etxera ekartzeko. Horretarako giltza antolaketa eta mobilizazioa izango dira, eta gure indarrak batzen eta antolatzen baditugu, urtarrilean inoiz izan den mobilizaziorik handiena egingo dugu (…)
Bete ditzagun gure herriko plazak azken ostiralero, jar ditzagun presoen aldeko banderak txoko guztietan, hedatu dezagun elkartasuna eta ekar ditzagun pixkanaka preso eta iheslari guztiak etxera!
Lortuko dugu!
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