by editor | 2011-10-29 7:54 am
Tras la histórica declaración de ETA
Rufi Etxeberria, Pello Urizar y Oskar Matute hicieron una valoración positiva de la cita ayer con el lehendakari, por lo que supone de normalización de relaciones. En la reunión le plantearon la necesidad de una mesa de partidos tras el 20-N, y que quizá no deba convocar él, que aborde tanto las consecuencias como las raíces del conflicto. Le pidieron también que busque fórmulas para hacer un trabajo institucional común con Nafarroa.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
La fotografía del lehendakari, Patxi López, estrechando la mano del dirigente de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria era ayer tan importante como el contenido, siempre escaso, de una primera cita. El independentismo ilegalizado y la máxima autoridad institucional de la CAV y representante del Estado en la comunidad, juntos en torno a una mesa. Etxeberria interpretó el encuentro como un paso de Lakua hacia la normaliza- ción de relaciones. Lehendakaritza señaló que es «una manifestación de un nuevo tiempo de libertad», explicando que la reunión «no hubiera sido posible días atrás». Y, de hecho, estuvo en el aire hasta el martes por la tarde.
Oskar Matute, Pello Urizar y Rufi Etxeberria especificaron que habían acudido como representantes de Alternatiba, EA y la izquierda abertzale, respectivamente. Lehendakaritza se circunscribió a que la invitación había sido remitida a Bildu.
La reunión duró en torno a una hora y estuvo acompañada de una enorme expectación mediática, traducida en numerosas cámaras a la entrada y muchos periodistas a la salida.
Oskar Matute, portavoz de Alternatiba, destacó que las tres formaciones hacían una «valoración positiva» de la reunión, por lo que suponía de alcanzar una interlocución normalizada. Abogó por trabajar por «una paz justa y duradera», y señaló que le habían trasladado al lehendakari el compromiso de los tres partidos con el Acuerdo de Gernika y con los cinco puntos de la Declaración de Aiete. Dado que ETA ha cumplido ya con el primer punto de la misma, demandan que los gobiernos español y francés «comiencen un diálogo con la organización ETA para hablar sobre las consecuencias del conflicto».
En una nota emitida tras la reunión, el lehendakari precisó que «los puntos de la conferencia escenificada en San Sebastián no corresponden a ningún acuerdo institucional de Euskadi y sólo responden a una pretensión de parte, al igual que el llamado Acuerdo de Gernika. El lehendakari y el Gobierno vasco no se sienten por tanto concernidos por su contenido».
El secretario general de EA, Pello Urizar, retomó las palabras de Oskar Matute, añadiendo que le habían trasladado al lehendakari la necesidad de reconocimiento «de todas las víctimas», a las que se les debe «justicia y verdad, toda la justicia y toda la verdad».
En este apartado, la nota de Lehendakaritza señala que Patxi López se centró en las «responsabilidades» que en esta materia debe asumir la izquierda abertzale, que debe «reconocer el daño causado a las víctimas, y debe trasladar ese reconocimiento a las instituciones que gobierna». Además, Patxi López añade en el escrito que «la izquierda abertzale debe reconocer la verdad de lo que ha sucedido, porque lo apoyó, justificó y consintió».
El tercero en tomar la palabra fue Rufi Etxeberria, quien ya no dejó el atril porque a él fueron dirigidas después todas las preguntas. El dirigente de la izquierda abertzale destacó que la reunión había sido «importante» por su significado de normalización de relaciones institucionales y entre partidos, un trabajo en el que hay que profundizar y para el que habían pedido a López que dé pasos.
Exigencia de legalizar Sortu
Etxeberria señaló que como representante de la izquierda abertzale le correspondía reclamar la «urgente legalización de Sortu, para que todas las fuerzas puedan actuar en igualdad de condiciones».
El dirigente independentista afirmó que le habían comentado al lehendakari que tras la Declaración de Aiete y la decisión de ETA de poner fin a la lucha armada «hay una base suficiente para abordar entre todos la resolución del conflicto, tanto de sus consecuencias como de sus raíces».
Para ello, le propusieron dos tareas. En el ámbito de las fuerzas políticas, avanzar hacia la constitución de «una mesa o mesas de partidos». Y en el campo institucional, que «abra relaciones bilaterales con Yolanda Barcina» para una acción institucional conjunta entre los gobiernos y los parlamentos de la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Nafarroa.
Rufi Etxeberria apostilló que para esa tarea, «los parlamentos tienen que normalizarse y para eso se necesita la presencia legalizada de todos los partidos», de modo que la izquierda abertzale pueda tener también una representación propia, «la que le den las urnas», precisó.
La mesa, tras el 20-N
El lehendakari ya había dicho por la mañana en el Parlamento de Gasteiz que no estaba entre sus intenciones convocar ninguna mesa de partidos ni ningún foro fuera de las instituciones. Y por la tarde, en su nota sobre la reunión, abundó en que «frente a las pretensiones de la izquierda abertzale de crear un mesa de partidos y seguir los pasos de la Conferencia de Aiete», su respuesta es que «son las instituciones democráticas el lugar apropiado para presentar y discutir las diferentes opciones de los partidos políticos».
Preguntado por este punto, Rufi Etxeberria respondió que «posiblemente no le corresponda al lehendakari poner en marcha la mesa de partidos, quizá tengan que ser los propios partidos». Y añadió que «tras las elecciones del 20-N posiblemente estemos en una tesitura mejor para normalizar las relaciones entre todos los partidos y que se pueda poner en marcha esa mesa».
Rufi Etxeberria no rehuyó la cuestión de las víctimas, sobre la que le preguntaron los periodistas y en la que incide la nota de Lehendakaritza. Señaló que «está en nuestra agenda» y «hay que tratar el tema de forma global, sin hacer distinciones entre las violencias que han asolado este país». Recordó que no hay sólo 829 víctimas, sino más de 1.200, a las que «hay que buscar verdad, justicia y reparación, reconociendo cada cual el daño causado». Consideró que se trata de un trabajo que también debería abordarse entre todos los partidos en su conjunto.
Política penitenciaria
Entre las demandas que tanto en la reunión de la tarde de ayer como en otras varias se le han trasladado al lehendakari está la de humanizar la situación de los presos políticos vascos. Sobre esto, en la nota responde que «el Estado de Derecho no ha dejado de hacer propuestas para la reinserción social y la recuperación para la sociedad democrática de los penados».
Según su versión, «ha sido ETA la que ha impedido a sus presos cualquier iniciativa tendente a la reinserción, por lo que se muestra confiando en que en este nuevo tiempo sea posible una política penitenciaria más abierta y más libre para todos los afectados».
Pese a todas estas declaraciones, Etxeberria, Matute y Urizar dejaron ayer Lehendakaritza con una sensación positiva.
Congresistas de EEUU también reclaman diálogo
Los congresistas demócratas de Estados Unidos Richard E. Neal (Massachusetts), Jerry Costello (Illinois) y Tim Holden (Pennsylvania) han expresado en un texto conjunto su apoyo al proceso iniciado en Euskal Herria. Tras saludar tanto la Declaración de Aiete como la decision de ETA, inciden en subrayar que esperan que ahora se dé paso a «un proceso de conversaciones directas entre todos los partidos». También consideran que los gobiernos español y francés deberían hablar con ETA. Exponen todo ello desde su conocimiento del proceso irlandés; de hecho, Neal, Costello y Holden pertenecen al caucus denominado Friends of Ireland. GARA
Declaración de la Diputación de Gipuzkoa y ayuntamientos
La Diputación Foral de Gipuzkoa y los ayuntamientos gobernados por Bildu hicieron pública ayer una declaración institucional en la que señalan que «con el proceso de cambio político y social dado en Euskal Herria, la implicación internacional que se comprobó en la Conferencia Internacional de la pasada semana y la decisión hecha pública por ETA» se «pone en marcha una nueva época histórica como pueblo»
Estas instituciones constatan, en cualquier caso, que «la decisión de ETA no hace desaparecer el conflicto político de nuestro pueblo. Sólo el reconocimiento de Euskal Herria como nación y el derecho a decidir libremente su futuro puede garantizar la resolución definitiva del conflicto». También se recoge que hay cuestiones urgentes que solucionar desde el respeto a todos los derechos humanos.
La declaración incluye «un llamamiento a la ciudadanía, para que colabore y apoye el proceso abierto». Y termina afirmando que «el barco que nos va a llevar a la paz, la democracia y la libertad necesita de la participación y el empuje de la ciudadanía para llegar a buen puerto. ¡Empujemos todos en la dirección de la solución democrática».
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