La Conferencia de Donostia apoyará una solución dialogada y equilibrada
CONFERENCIA INTERNACIONAL EN DONOSTIA
Jonathan Powell, jefe de los negociadores británicos en Irlanda, subraya durante la presentación que “todos tienen que sentir que han ganado” y pide “liderazgo, riesgo y determinación”.
DONOSTIA-
A la espera de que el sábado se confirme qué líderes internacionales participan en la Conferencia de Donostia, sus criterios de base y sus objetivos ya son públicos. Los resumió ayer en el Palacio de Aiete Jonathan Powell, el ex jefe de gabinete de Tony Blair que ha sido figura de primera línea en el proceso de solución al conflicto irlandés. Fue en una intervención de apenas cinco minutos pero en la que Powell recogió tanto las premisas necesarias para una solución como los episodios personales en que se basa.
Después de las intervenciones iniciales de Paul Ríos (Lokarri) y Pierre Hazan (Grupo Internacional de Contacto), el que fuera negociador jefe del bando británico con los republicanos irlandeses destacó que para alcanzar una paz duradera es necesario liderazgo político, asumir riesgos, emplear un diálogo incluyente y evitar la diálectica de “vencedores y vencidos”. También subrayó que las nuevas opciones se construyen sobre fracasos anteriores. En el caso concreto de Irlanda, citó los intentos frustrados de 1973, 1985 y 1993, para remarcar que en 1997 surgió “otra ventana de oportunidad” que esta vez sí se pudo abrir de par en par con el Acuerdo de Viernes Santo.
“Esperemos que aquí también se logre eso”, deseó Powell ante la imagen gráfica de la Conferencia Internacional para Promover la Resolución del Conflicto en el País Vasco, que es precisamente una ventana abierta. Indicó que los líderes internacionales que acudirán el lunes a Donostia, y sobre los que no se quiso dar pista alguna ayer, “no vienen a decirle a nadie lo que tiene que hacer, ése no es su trabajo”, sino simplemente a contar sus historias y conclusiones propias. “Son líderes que tienen auténtica experiencia -avanzó Powell-. Y aquí hay una oportunidad para una paz irreversible y duradera”.
Poco antes, el que ha sido durante trece años mano derecha de Tony Blair afirmó con seguridad que el mundo “está preocupado por lo que ocurre, por el último conflicto armado de Europa. Es hora de que acabe”.
En primera persona
Pese a su brevedad, el testimonio de Jonathan Powell no tuvo desperdicio. Como mensaje general puede quedar éste: “He aprendido que no hay conflicto que no se pueda resolver si existe liderazgo político, si las personas se arriesgan y si hay paciencia y determinación”.
Articuló su discurso partiendo siempre de lo ocurrido en Irlanda. Así que comenzó presentándose a sí mismo: “He sido el principal negociador en Irlanda del Norte durante diez años bastante dolororos a veces, de negociaciones frustrantes, irritantes, pero que al final por suerte llevaron a una paz duradera”.
Se remontó a 1997 para admitir que “yo no tenía una actitud muy positiva hacia el IRA”, dado que entre otras cosas su padre -militar que había trabajado con Winston Churchill- y uno de sus hermanos -colaborador de Margaret Thatcher- habían estado amenazados por esa organización armada. “Cuando conocí a Gerry Adams o Martin McGuinness no quise darles la mano -citó-, pero ahora me pesa no haberlo hecho”.
Detalló que en aquella época recibió una petición de reunión de McGuinness. Era en Derry, lógicamente clandestina. “Cogí un avión, llegué y me quedé en una esquina. Vinieron dos hombres con la cabeza rapada y me metieron en un taxi. Estuvimos una hora dando vueltas por Derry. Luego me dejaron junto a una casa, llamé… y allí estaba McGuinness. Estuvimos hablando tres horas, y en la década siguiente fueron muchas más horas hablando con los que habían sido mis enemigos y los enemigos de mi gente. Algo así no lo resuelves hablando con los amigos”, dijo como conclusión.
Lo ligó con otra enseñanza: “Hace falta escaparse de la noción de la tabla rasa. No podemos tener una situación en la que una parte crea que ha ganado y que la otra ha perdido. Todos tienen que salir con la sensación de que han ganado”.
Powell añadió que es preciso igualmente trabajar sobre “condiciones adecuadas”, y en este punto subrayó que los fracasos acumulados sirven para crear oportunidades más sólidas. Así ocurrió en Irlanda y así cree que pasa también en Euskal Herria.
“También nos resistimos”
Anticipándose a las críticas habituales que llegan desde Madrid ante estas intervenciones, el ex jefe de gabinete de Blair indicó que efectivamente los casos irlandés y vasco son diferentes y “las soluciones también lo serán. Pero he aprendido que no hay ningún conflicto en el mundo que no se pueda solucionar si existe un liderazgo político, si las personas se arriesgan y si hay paciencia y determinación”. Un mensaje similar al que en su día transmitió Tony Blair a José Luis Rodríguez Zapatero cuando el proceso de negociación 2005-2007 estaba vivo y el todavía inquilino de Downing Street viajó a La Moncloa.
También en dirección hacia los sectores más reticentes y recalcitrantes del Estado español, Jonathan Powell explicó que “nosotros [los británicos] también nos resistimos a la implicación internacional durante muchos años”. Sin embargo, recordó cómo en un momento dado John Major -el precedesor conservador de Tony Blair en Downing Street- abrió la puerta a la participación como mediador del senador estadounidense George Mitchell, y que aquello resultó decisivo para avanzar en las negociaciones políticas. Como es sabido, el diálogo multipartito se asentó en Irlanda sobre los “principios Mitchell” que establecían la necesidad de la ausencia de violencia y de amenaza de la misma para poder dialogar y negociar. Unos principios que han sido recogidos por la izquierda abertzale en sucesivas declaraciones dentro de la iniciativa política que ha abierto esta oportunidad.
“Esperemos un avance”
Antes que Powell intervino Pierre Hazan, uno de los miembros del Grupo Internacional de Contacto (GIC), que repasó el camino recorrido hasta llegar aquí: la Declaración de Bruselas firmada por 21 líderes, entre ellos varios Nobel; el alto el fuego de ETA; la creación del GIC y su labor posterior… Sin embargo, quiso recalcar otro concepto por encima del de la implicación internacional creciente: “Son todos ustedes, la ciudadanía vasca, quienes tienen que encontrar una solución. Ustedes tienen la responsabilidad y la oportunidad. Nosotros estamos aquí representando a la comunidad internacional que apoya un proceso de paz inclusivo de manera humilde y respetuosa”, matizó.
Hazan deseó que esta Conferencia del lunes “sea un avance aún más significativo, una nueva aportación de la comunidad internacional en este momento en que la sociedad vasca ha recuperado la esperanza”.
El acto de presentación (sin opción a preguntas) fue abierto por Paul Ríos, que incidió también en que “lo que está en juego es el futuro de nuestro país. Y saber que contamos con la ayuda de entidades y personalidades tan relevantes nos llena de ánimo”.
La cita está impulsada por Lokarri, el Grupo Internacional de Contacto, Berghof Foundation, Concilition Resorucers, The Desmond and Leah Tutu Legacy Foundation y NOREF, a los que une “nuestra dedicación a la resolución y transformación de conflictos”, apuntó Ríos. Al acto de presentación acudieron Katrine Tantla, de la Bergohf Foundation, y Kristian Herbozheilmer, de Conciliation Resources.
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