Afganistán: La guerra no terminó en Chicago

by editor | 2012-06-05 9:04 am

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Frida Modak | Periodista, ex secretaria de prensa del presidente Salvador Allende

La autora «duda de lo acordado» en la última reunión de la OTAN en Chicago y, en particular, de que la guerra de Afganistán esté a punto de terminar. En un análisis global, incidie en las relaciones de EEUU con Rusia y China. Pone el foco en el fin de los convenios de desarme bilateral y de la venta del uranio militar ruso a EEUU para que pueda producir energía y en el escudo antimisiles en Europa. Detalla la abrumadora ventaja comercial de China en «tierras raras», «minerales estratégicos» para fabricar misiles de precisión o auriculares de Ipod. Y termina su análisis recordando que Afganistán las tiene, y en abundancia.
Si leemos la prensa de cualquier país, en cualquier continente, pensaríamos que la guerra de Afganistán está a punto de terminar, como se desprendería de los acuerdos adoptados en la reunión de la OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte, realizada en Chicago.

Salvo Francia, cuyo nuevo presidente anunció que retirará este año al pequeño contingente de tropas, poco más de 3 mil entre los 120 mil que se encuentran en ese país, nadie más se va supuestamente hasta el 2014, pero ese año tampoco se van.

Vayamos por partes. Afganistán fue invadido por decisión unilateral de Estados Unidos, presidido entonces por George W. Bush, que actuó sin autorización de las Naciones Unidas y sin que por eso recibiera alguna sanción, argumentando que estaba respondiendo al episodio del 11 de septiembre de 2001.

El gobierno de los talibanes fue derrocado y ellos demonizados, pero no han perdido su influencia en el país, lo que constituye el primer elemento para dudar de lo acordado en Chicago. La crisis europea y las elecciones estadounidenses son otros elementos a considerar.

Europa atraviesa por una situación económica crítica, pero se permite gastar 200 mil millones de euros anuales en defensa, por lo que ahora se impulsa una alianza entre la Unión Europea y la OTAN, porque a esta «le conviene una Europa fuerte», según el presidente del Consejo Europeo.

En lo puramente político, el presidente Obama no tiene asegurada la reelección, unas encuestas indican que Mitt Romney le pisa los talones y según otras le gana. En esa perspectiva, la continuación de las guerras no le ayuda ni en lo político ni en lo económico, pero no implica que cesen.

Estados Unidos-Rusia. El presidente ruso Vladimir Putin no asistió a ninguna de las dos «cumbres» realizadas hace pocos días en Estados Unidos, la del Grupo de los 8 que se realizó en Camp David y la de la OTAN, efectuada en Chicago. Asistió el Primer Ministro Dimitri Medvedev.

Las razones son claras. En lo que respecta a la reunión de la OTAN, Rusia no se cuenta entre los países que invadieron Afganistán, por el contrario, han tenido relaciones estrechas desde la época del Zar Pedro el Grande, lo que fue un antecedente importante para el envío de tropas en la crisis afgana de comienzos de los años ochenta.

Al respecto hay dos versiones, una habla de una invasión rusa debido a la insurgencia de los sectores islámicos en su frontera, la que podría haberse extendido a su territorio fronterizo. La otra señala que los gobernantes afganos del momento solicitaron su ayuda.

Al margen de las sanciones impuestas al gobierno soviético, ese episodio dio pie para que Estados Unidos interviniera, respaldando a los afganos que se enfrentaban a los soldados rusos, y ahí surgió la figura de Osama Bin Laden que después se convirtió en el principal enemigo de Washington.

En las complejas relaciones entre rusos y estadunidenses, en la actualidad hay dos cuestiones de primera importancia. Cuando ambos países llegaron a un acuerdo de desarme nuclear, establecieron también que el uranio que Rusia usaba para sus armas nucleares lo vendería a Estados Unidos para producir energía.

Ese convenio vence en los primeros meses del próximo año y si no se renueva unos 31 millones de personas se quedarán sin electricidad en el país del norte, lo que afectará a casas, escuelas, negocios y hospitales.

Y el convenio no se ha prorrogado porque Estados Unidos no se compromete en algo fundamental para Rusia, las características que tendrá el sistema antimisiles que se instalará en Europa.

Javier Solana, que ocupó varios ministerios en España y fue también Secretario General de la OTAN, escribió un artículo en el diario «El País», en el que se refiere a los «recelos rusos» porque Washington no le ha dado «garantías legales de que la construcción del sistema antimisiles en Europa no va a obstaculizar el potencial estratégico de Rusia».

Y justamente sobre ese punto, en una reunión de carácter internacional en la que estuvieron Barack Obama y el entonces presidente ruso Dimitri Medvedev, un micrófono que nadie vio y que estaba abierto permitió escuchar lo que ambos hablaban.

Obama le pedía a Medvedev que le dijera a Putin que no le planteara el tema de los misiles hasta que pasara la elección presidencial en su país. Como se puede apreciar, la incógnita electoral se proyecta sobre los acontecimientos internacionales.

Eso implica que nadie puede asegurar que las tropas extranjeras se irán de Afganistán el año 2014 y aunque salieran, ya se ha anticipado que europeos y estadunidenses no se irán del todo, dejarán «consejeros» para las autoridades afganas.

Estados Unidos-China. La situación concerniente a China y Estados Unidos se proyecta en otro contexto, el de las «tierras raras», término que sorprendió a muchos y que costó establecer a qué se refería exactamente. Surgió con más fuerza cuando se señaló que estas tierras abundaban en Afganistán.

Pero las hay en muchas partes y no tienen nada de raras, son las tierras en que hay una serie de metales que se usan para la fabricación de distintos productos que hoy han adquirido importancia en todos los órdenes.

A Occidente le faltó visión acerca de las proyecciones que tenían estos 17 elementos y no le interesaron, estaban en los grandes negocios como el petrolero, por ejemplo. Pero China sí valoró el potencial que tenían y es hoy el país más rico en esta materia.

Las tierras raras tienen ya la calidad de minerales estratégicos y, curiosamente, no son escasos, sólo han sido mirados en menos tanto en Estados Unidos como Japón, en tanto que China tuvo más visión y se estima que posee el 35 por ciento de las reservas mundiales.

También existen en América del Norte, Australia, el Sudeste Asiático, Vietnam y Sudáfrica, por lo que la industria que los utiliza no tendría por qué depender de China, dice un experto estadounidense, pero los demás países recién empiezan a ver lo que tienen, mientras China proporciona el 97 por ciento de tierras raras al mercado global.

Resulta interesante saber que Estados Unidos fue el mayor productor mundial hasta el año 2002, en que se cerró la mina de Mountain Pass. Y el cierre se produjo por los bajos precios de esos productos que ahora tienen una gran demanda.

Indistintamente, estos minerales se usan para los auriculares de Ipod, por ejemplo, cuyos imanes tienen neodimio. También permiten fabricar vehículos híbridos y baterías.

Pero las tierras raras se utilizan, además, para fabricar armas, como los misiles de precisión.

Frente a este retraso de Occidente en relación a China, se vale reproducir lo que recordó en su nota un periodista de la BBC:

«En 1992, el entonces presidente de China, Deng Xiaoping, dijo: «En el Oriente Medio hay petróleo, en China hay tierras raras»».

En Afganistán también las hay y en abundancia.

© Alai-Amlatina

Source URL: https://globalrights.info/2012/06/afganistan-la-guerra-no-termino-en-chicago/