by editor | 2014-01-14 11:22 am
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Manifestación en Bilbao por el derecho de autodeterminación del pueblo vasco convocada por la izquierda abertzale, en 2006.– EFE/ Archivo
Tras la multitudinaria manifestación del pasado sábado en Bilbao, los defensores del derecho a la autodeterminación en el País Vasco ya tienen un nuevo reto: dentro de algo menos de seis meses, intentarán formar una gran cadena humana que unirá las localidades de Durango y Pamplona. La iniciativa corre a cargo de “Gure esku dago” (“Está en nuestra mano”), una nueva red ciudadana que pretende recoger todo tipo respaldos políticos, tanto dentro como fuera del nacionalismo vasco. No en vano, sus promotores están convencidos de que existe un “contexto internacional favorable” hacia sus intereses, por lo que quieren medir sus fuerzas -nunca mejor dicho- en la carretera.
Para encontrar los orígenes de esta idea hay que viajar hasta Idiazabal, una pequeña localidad guipuzcoana famosa por sus quesos de exportación. En 2007, un concejal del PNV y otro de una plataforma próxima a la izquierda abertzale -únicos partidos con representantes en el Ayuntamiento- aparcaron sus diferencias para llegar a una misma conclusión: había determinados temas que no se podían debatir con normalidad. La posibilidad de realizar una consulta en Euskadi estaba entre esas cuestiones, por lo que decidieron reunirse con otros vecinos para preguntarles si pensaban igual. De esos encuentros surgió la idea de hacer un viaje: había que desplazarse a Escocia, donde parecía que el tema de la independencia estaba despojado de prejuicios y tabúes.
Objetivo: un cadena humana de 123 kilómetros, desde Durango a Pamplona “Allí se entrevistaron con políticos de distintas tendencias, para ver por qué en Escocia se podía debatir sobre el futuro de ese país y en Euskadi no. Lo que más les impactó fue la entrevista que mantuvieron con un representante unionista, que les dijo que si bien él quería seguir dentro del Reino Unido, esa decisión le correspondía al conjunto de los escoceses”, relata a Público Zelai Nikolas, una de las portavoces de “Gure esku dago”. A ella le encantaría escuchar esas mismas palabras de boca de algún dirigente del PP en Euskadi, pero sabe que no será nada fácil. Precisamente por eso, esta plataforma realiza actualmente todo tipo de gestiones para dar a conocer su iniciativa a favor del derecho a la autodeterminación entre los partidos políticos, ya sean nacionalistas vascos o constitucionalistas españoles.
Nicolás reconoce que el paso dado por la organización ETA en octubre de 2011, cuando anunció el cese definitivo de la violencia, aceleró las gestiones para formar un frente ciudadano en defensa del derecho a decidir. A partir de la experiencia nacida en Idiazabal -que incluso sirvió de inspiración para el documental “Gazta zati bat” (“Un trozo de queso”), dirigido por el bertsolari Jon Maia-, un grupo de personas provenientes del ámbito soberanista decidió embarcarse en “Gure esku dago”, un grupo que desde sus orígenes ha contado con adhesiones en toda la geografía vasca.
Actualmente, sus promotores intentan crear el mayor número posible de grupos de trabajo a nivel local, algo indispensable para alcanzar el gran objetivo de la plataforma: realizar la cadena humana de 123 kilómetros de largo que el próximo 8 de junio “atará” las localidades de Durango (Bizkaia) y Pamplona, capital de Navarra. De cara a ese día, los participantes deberán adquirir previamente una ficha de cinco euros, en la que se les asignará un punto en el trayecto. Cada pueblo se encargará de cubrir un número determinado de kilómetros, que serán proporcionales a su cantidad de habitantes. Con el dinero recaudado, la red ciudadana pagará los gastos originados por la campaña, que no contará con ningún tipo de apoyo institucional. “Creemos que las iniciativas sociales deben ser sustentadas por la ciudadanía”, explica Zelai Nikolas.
“No pretendemos que ningún partido se sume. Es una iniciativa ciudadana” Hasta esa fecha, “Gure esku dago” aprovechará para “hacer pedagogía sobre el derecho a decidir”. “Este derecho debe ser un punto de encuentro que nos permita realizar una gestión pacífica y civilizada de la pluralidad de sentimientos nacionales que hay en nuestro país”, comenta el portavoz. Basándose en argumentos similares, el pasado 11 de septiembre -coincidiendo con la Diada- la Asamblea Nacional Catalana realizó una cadena humana que superó las previsiones de sus organizadores. En tal sentido, Nicolás destaca que este tipo de movilización “ha sido utilizado en diferentes procesos soberanistas”, por lo que da por descontado que el País Vasco, inmerso en un camino hacia la paz no exento de curvas, logrará superar las 50.000 personas que se necesitan para cubrir el trayecto.
Hasta ahora, los miembros de esta plataforma han mantenido contactos con representantes de EH Bildu -formación que incluye a la izquierda abertzale, Eusko Alkartasuna, Alternatiba y Aralar- y de los sindicatos ELA y LAB. Esta semana tienen previsto sentarse con el PNV, mientras que la siguiente intentarán hacerlo con el PSE. “Con estas reuniones no buscamos titulares ni pretendemos conseguir que ningún partido se sume como tal. Esta es una iniciativa ciudadana, por lo que sólo queremos adhesiones de personas”, aclara Nikolas.
Bajo esas mismas premisas, el próximo sábado tendrá lugar un acto de “Gure esku dago” en Vitoria, una de las localidades que por cuestiones geográficas quedará fuera de la cadena. Precisamente por eso, la capital de la Comunidad Autónoma Vasca ha sido elegida como escenario para el lanzamiento de una nueva fase: ahora comenzarán las demostraciones a favor del derecho a decidir en distintos pueblos, independientemente de que estén incluidos o no en el trayecto marcado para el próximo 8 de junio. Una de las primeras escenificaciones tendrá lugar en la localidad vizcaína de Mungia, que acogerá un mosaico gigante en defensa de la autodeterminación.
La exitosa manifestación del pasado sábado en Bilbao, convocada por la mayoría nacionalista bajo el lema “derechos humanos, acuerdo y paz”, ha animado aún más a los impulsores de estos actos. “Ha quedado demostrado que la sociedad vasca tiene necesidad de ser parte en el proceso que se ha abierto en Euskal Herria. La gente quiere soluciones por vías pacíficas y democráticas, y tiene que haber instrumentos para ello”, afirma Nikolas.
Con un calendario que incluye los referéndums en Escocia y Catalunya -previstos para el 18 de septiembre y el 9 de noviembre, respectivamente-, los soberanistas vascos están convencidos de que 2014 será un año muy especial, en el que Euskadi también tratará de forzar su pulso con el Estado.
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