Un día, esta semana: Camilo Cienfuegos

Un día, esta semana: Camilo Cienfuegos

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Camilo Cienfuegos (La Habana, 6 de febrero 1932 – Mar del Norte de Cuba, 28 de Octubre 1959)

Camilo es una figura legendaria, es la idea que yo tengo de Camilo, hasta de su mismo nombre nada común, lleno de fuerza y de poesía al mismo tiempo. Si nosotros inventáramos un nombre para un personaje de leyenda le podríamos poner el nombre de Camilo Cienfuegos.
La misma muerte de Camilo, perdido en el mar, la manera de conmemorarla, echando una flor al agua y todas aquellas, sus hazañas, son acciones de leyenda.
(Vilma Espín, guerrillera)

Camilo Cienfuegos nació en una humilde casa interior de Pocito Nº71, en Lawton, La Habana. Sus padres eran Ramón Cienfuegos Flores y Emilia Gorriarán Zaballa, anarquistas y republicanos españoles, provenientes de de Pravia (Asturias) y de Castro Urdiales (Cantabria) respectivamente.

Comenzó a estudiar en la Escuela Pública N° 96 San Francisco de Paula de La Habana. Por la difícil situación económica de su familia se vio obligado a mudarse varias veces, para al final regresar de nuevo a Lawton, donde terminó la escuela primaria en la Escuela Pública N°105 “Félix E. Alpízar”.

Amante de los deportes, sobre todo del béisbol, apasionado lector, amigo de hacer maldades, Camilo era amable y risueño, pero muy respetuoso y serio ante sus tareas, solidario y humano. Era un bailador de primera. La ciudad de La Habana le encantaba, entre los lugares que más le cautivaba estaban la Acera del Louvre y San Francisco de Paula.

En 1948 había comenzado a involucrarse en la lucha política, participando en protestas, como contra el aumento de la tarifa de los ómnibus urbanos. El mismo 1948, con 16 años, comienza a trabajar, en la sasntrería “El Arte” como mozo de limpieza.

Anhelando ser escultor, ingresa a la Universidad. En esa época establece amistad con otros jóvenes que tendrían un destacado papel en los sucesos posteriores, como Carlos Leijás, Israel Tápanes, Reinaldo Benítez y los hermanos Mario y José Fuentes.

Al producirse el Golpe de Estado en Cuba del 10 de marzo de 1952 de Fulgencio Batista, Camilo fue con sus amigos a la Universidad a buscar armas para resistir a la dictadura, pero sin éxito.

El 1 de abril de 1953, en busca de mejoras económicas, Camilo Cienfuegos y su amigo Rafael Sierra se van a los Estados Unidos con visa de turistas, y se quedan allí a trabajar como indocumentado, en labores de obrero industrial, camarero de restaurantes, limpiador de carteles.

Vinculado a los emigrados latinoamericanos, participa en diversas manifestaciones, y escribe para el periódico “La voz de Cuba” un crítico artículo contra Fulgencio Batista titulado “Identificación Moral”. Por estas actividades en 1955 fue detenido en San Francisco por el departamento de inmigración, y finalmente deportado a México. El 5 de junio de 1955 regresa a Cuba deportado, volviendo a su trabajo en “El Arte”.

En Cuba Camilo de nuevo se involucra en la lucha contra el régimen de Batista.

El 7 de diciembre de 1955 Camilo fue herido por un arma de fuego en una pierna, durante una manifestación en honor del héroe independentista cubano Antonio Maceo. Fue ingresado en el Hospital Calixto García, acompañado por su amigo Jorge Oscar Salazar de la Rosa. Esto no le impidió participar el 28 de enero de 1956 en otra actividad política, el acto en conmemoración del 103 aniversario del nacimiento de José Martí en el parque Central. Esta vez fue golpeado y conducido al BRAC (Buró de Represión de Actividades Comunistas). Allí Camilo y su amigo Jorge Oscar Salazar de la Rosa fueron fichados como comunistas, con los expedientes 0340 y 0341 respectivamente.

En septiembre de 1955 Camilo se casa con Isabel Blandón, una enfermera salvadoreña con nacionalidad estadounidense, que había conocido en San Francisco, Estados Unidos, en el Centro Vasco de La Habana. Gracias a la nacionalidad de eu esposa, en marzo de 1956 Camilo logra obtener una visa de residente en Estados Unidos, y se va a este país, tras sus problemas políticos y haber perdido el trabajo.

En septiembre de 1956 Camilo rompe sus relaciones con su esposa, y se va a México otra vez. Allí contacta con Fidel Castro, quien estaba organizando la expedición del yate Granma, para regresar a Cuba clandestinamente e iniciar la lucha armada contra Batista. Pero la expedición ya estaba completa. Reynaldo Benítez le habló a Raul Castro para que intercediera ante Fidel y lo dejasen integrarse a la expedición. Benítez le comenta:

“Es un muchacho de La Habana y quiere ir con nosotros, siempre hay uno que falla, vamos a hacer algo, él es flaco”.

Entonces Raúl media por Camilo. A última hora faltan dos y viene. “Después me decía, hubieras podido entrar cómodamente en el Granma”.

Así Camilo fue el último elegido para la expedición, y como no tenía entrenamiento militar suficiente, fue enviado rápidamente al campamento de entrenamiento Abasolo, Estado de Tamaulipas, donde recibió entrenamiento en guerra de guerrillas y práctica de tiro.

Los 82 expedicionarios del Granma llegan a Cuba el 2 de diciembre de 1956 y desembarcan. Tres días después, el 5 de diciembre, son sorprendidos y derrotados por el Ejército de Batista en la batalla de Alegría de Pío.

El 24 de marzo 1958 Camilo es designado jefe de la vanguardia del Ejército Rebelde. Reencontrado el grupo de doce expedicionarios del yate Granma con otros combatientes incorporados a la insurrección, se sumaba a la pequeña columna un contingente de 53 hombres enviados por el extraordinario organizador y combatiente revolucionario Frank País García.

Ese envío permitió formar nuevas unidades. De la Columna N°1 “José Martí” de Fidel Castro surge otra nueva, la Columna N°4 del Comandante Ernesto Che Guevara. En esta columna Camilo es designado “jefe de la vanguardia”. Por sus méritos en este cargo surge uno de los nombres con que fue conocido: “El Señor de la Vanguardia”

También aquí, en el seno de la lucha armada, nace una entrañable amistad entre él y el Che. Camilo participa en los combates de Bueycito, El Hombrito y Pino del Agua. Su valentía y arrojo contribuyen a formar el mito del “Señor de la Vanguardia”.

El 8 de enero 1959 la Caravana de la Libertad de Fidel Castro llega a La Habana. La Columna N° l “José Martí” entra a la capital por el municipio Cotorro. En el entronque de La Virgen del Camino Camilo Cienfuegos se les unió.

Al llegar al Palacio Presidencial Fidel habla al pueblo, exponiendo los problemas más candentes de aquellos momentos. Por la noche de nuevo Fidel se dirige a las masas, desde el polígono del Campamento Militar de Columbia(hoy “Ciudad Escolar Libertad”). El discurso se hace famoso por dos momentos: en medio del discurso una paloma blanca se posó en el hombro de Fidel. Y luego el líder se volvió hacia Camilo y le preguntó:

– ¿Voy bien, Camilo?- Vas bien, Fidel

Surgía así la célebre frase que sintetizaba la inmensa confianza depositada por Fidel en su compañero de armas. El pueblo, por demás, también acogió la expresión y la hizo suya. Allí Fidel anunció a todos que a la Revolución todavía le quedaba mucho camino por delante.

Mira aquí la entrevista a Camilo Cienfuegos

 

Los últimos días

El 21 de octubre por la madrugada, luego de una reunión con Fidel, Raúl y otros altos oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Camilo Cienfuegos, Jefe de Estado Mayor, se dirigió a una compañía de soldados del Batallón de Seguridad y les dice:

“Ha llegado el momento de hacer otro sacrificio por la Patria –les dijo el Héroe de Yaguajay. Fidel y Raúl nos han dado la misión de partir enseguida para Camagüey, donde tendremos que defender una vez más a la Revolución, ahora de una vil traición”

A las 6:00 de la mañana del 21 de octubre llegó Camilo Cienfuegos al aeropuerto de Camagüey. Luego de visitar la Jefatura Provincial de Policía, llegó alrededor de las 7:00 de la mañana al Campamento Militar sede de Hubert Matos.

Tratando de evitar derramamiento de sangre, Camilo ordenó a sus acompañantes que lo dejaran entrar solo: “Este asunto lo resuelvo yo personalmente”, les dijo. Y al encontrarse ante Matos, le dijo:

“Yo como jefe del Ejército Rebelde asumo el mando en Camagüey, estás preso”.

Uno de los oficiales de Matos trató de resistir, pero fue desarmado con un culatazo. El resto comenzó a discutir enérgicamente con Camilo, defendiendo a Matos. Pero Camilo trata de convercerlos de que están equivocados, aunque arresta a varios hombres más de Matos.

Horas después de que Camilo toma la situación bajo control, Fidel Castro también viaja a Camagüey. Se reúne con Camilo en el patio interior del INRA. Luego ambos, acmopañados por una multitud de 30.000 camagüeyanos, van al campamento militar. En el acto multitudinario en el propio cuartel Agramonte, Camilo expresa:

“Esta Revolución irá hasta sus límites finales, esta Revolución irá hasta la meta trazada, esta Revolución —como en los días de la guerra— tiene solo dos caminos: vencer o morir… ¿hasta dónde vamos? —se nos pregunta— y nosotros decimos que vamos con esta Revolución hasta el final.”

Al día siguiente 22 de octubre, Camilo publica una nota en el periódico lo cal “Adelante”, donde daba gracias al pueblo camagüeyano por su patriótica y revolucionaria actitud:

“Tu presencia en el campamento Agramonte ayudó a solucionar una nueva traición a la Patria. Hombres habrá traidores, pero pueblos no y mucho menos Camagüey.” Matos fue arrestado, e inmediatamente enviado a La Habana, donde fue confinado en el Castillo del Morro, a la esoera de juicio, acusado de alta traición.

El 23 de octubre, Camilo apareció en el Canal 11 de la televisión de Camagüey, para informar al pueblo sobre el arresto de Matos.

Luego de reorganizar el ejército en Camagüey y efectuar cambios en el gobierno de la provincia, Camilo regresó a La Habana el 25 de octubre.

El 26 de octubre Camilo pronuncia su ultimo discurso en la gigantesca reunión de un millón de cubanos frente al Palacio Presidencial para protestar contra los ataques aéreos.

Su breve discurso puede considerarse su testamento revolucionario. En él expresa: “Tan altos y firmes como la Sierra Maestra son hoy la vergüenza, la dignidad y el valor del pueblo de Cuba en esta monstruosa concentración frente a este Palacio, hoy revolucionario, del pueblo de Cuba […] Tan alto como el Pico invencible del Turquino, es hoy y será siempre el apoyo de este pueblo cubano a la Revolución que se hizo para este pueblo cubano […] Se demuestra esta tarde que no importan las traiciones arteras y cobardes que puedan hacer a este pueblo y a esta Revolución, que no importa que vengan aviones mercenarios tripulados por criminales de guerra y amparados por intereses poderosos del gobierno norteamericano, porque aquí hay un pueblo que no se deja confundir por los traidores; aquí hay un pueblo que no le teme a la aviación mercenaria […]

Porque sabemos que este pueblo cubano no se dejará confundir por las campañas hechas por los enemigos de la Revolución, porque el pueblo cubano sabe que por cada traidor que surja habrá mil soldados rebeldes que estén dispuestos a morir defendiendo la libertad y la soberanía que conquistó este pueblo […]  Porque para detener esta Revolución cubanísima tiene que morir un pueblo entero, y si esto llegara a pasar serían una realidad los versos de Bonifacio Byrne: Si desecha en menudos pedazos se llega a ver mi bandera algún día… ¡nuestros muertos alzando los brazos la sabrán defender todavía! […] que no piensen los que envían los aviones, que no piensen los que tripulan los aviones que vamos a postrarnos de rodillas y que vamos a inclinar nuestras frentes. De rodillas nos pondremos una vez, y una vez inclinaremos nuestras frentes, y será el día que lleguemos a la tierra cubana, que guarda veinte mil cubanos para decirles: ¡Hermanos, la Revolución está hecha, vuestra sangre no cayó en balde!”

El 27 de octubre tras el trabajo, Camilo cena por la noche en La Habana con el comandante William Gálvez, y le comenta que al día siguiente hará un breve vuelo ida y vuelta a Camagüey. En esta cena también le dice a Gálvez, aludiendo al arresto de Matos y el incidente aéreo del dia 21:

“Debemos estar alertas… las últimas traiciones obedecen a un plan no concluido aún. Esta gente no quiere Revolución, esta gente está equivocada, no han calibrado bien a Fidel, no se han dado cuenta del apoyo de todo el pueblo a Fidel y a la Revolución, pero no nos van a detener, seguro.”

El 28 de octubre de 1959 Camilo Cienfuegos por la mañana temprano vuelve a volar a Camagüey, para concluir las actuaciones del caso de Huber Matos y depurar responsabilidades.

El avión de Camilo era un bimotor Cessna-310C de 5 plazas, con el registro N°53 de la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR). El piloto de Camilo, Aldo Lozano, estaba enfermo y manda a buscar con urgencia al piloto Luciano Fariñas.

Despegan de La Habana a las 12:02 del mediodía, con las cinco plazas ocupadas: iban Camilo, el capitán Senén Casas Regueiro, el sargento Félix Rodríguez (escolta de Camilo), y su ayudante y amigo Jorge Oscar Salazar de la Rosa.

Aterrizan en Camagüey, donde todos bajan, excepto Senén Casas, que sigue el vuelo a Santiago de Cuba. Tras terminar sus gestiones en Camagüey y regresar el avión, el grupo se apresta a regresar a La Habana. Pero antes de despegar, se aparece un jeep que enciende y apaga las luces insistentemente. El grupo se alarma, y Camilo ordena a Jorge ver qué sucede. Era el coordinador del Movimiento 26 de Julio en Ciego de Avila. Informa que se habían presentado problemas en ese lugar, entre los obreros y la administración norteamericana. Camilo le dice a Jorge:

“Quédate y ayuda en la solución, espérame mañana en el aeropuerto de Ciego, que yo voy para el Central.”

Jorge se queda, y Camilo despega a las 6:01 de la tarde desde el aeropuerto de Camagüey, junto a su piloto Luciano Fariñas y su escolta Félix Rodríguez.

Pero inesperadamente, Camilo Cienfuegos desaparece misteriosamente para siempre. Contaba 27 años de edad.

Nunca llegaron a su destino, ni se pudieron encontrar restos de Camilo o sus compañeros, o de su avión. Tampoco su avión emitió ninguna llamada de auxilio. Luciano Fariñas era un experimentado piloto con 2.000 horas de vuelo.

El 30 de octubre de 1959  el periódico “Revolución” daba cuenta en primera página:

Se hace saber a la opinión pública que el día 28, a las 6:01 pm salió del aeropuerto de Camagüey el avión bimotor de las FAR, marca Cessna 310 No. 53 de cinco plazas, rumbo a La Habana, conduciendo al jefe del estado mayor del Ejército Rebelde, Comandante Camilo Cienfuegos … desgraciadamente no ha llegado a su destino”.

Inmediatamente se inició la busqueda de Camilo, dirigida por Fidel Castro. Durante 15 días 70 aviones militares y civiles, embarcaciones pesqueras y pobladores en general, recorrieron toda Cuba con la esperanza de encontrar a uno de sus más queridos hombres. La búqueda se centró en la zona comprendida desde Ciego de Avila hasta Matanzas, por su costa norte.

Aviones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, también ayudaron participando en las búsquedas de Camilo.

Pero todo fue en vano. El 12 de noviembre, al fracasar las búsquedas, Fidel Castro habló por televisión, dando todos los detalles de la intensa y angustiosa búsqueda del popular héroe, confirmando su pérdida definitiva después de dos semanas de incesante búsqueda:

“Lo que el pueblo tiene que pensar es ¿de dónde salió Camilo? … Camilo salió del pueblo … no era ningún privilegiado, no tuvo aquellos honores y aquella gloria porque alguien se las diera, sino porque se las ganó. Y el consuelo que debe tener nuestro pueblo es que en el pueblo hay muchos Camilo y Camilo seguirá viviendo en hombres como él, seguirá viviendo en hombres que se inspiren en él. Porque lo único que nosotros podemos pedirle a nuestro pueblo es que, cada vez que la patria se encuentre en una situación difícil, en un momento de peligro, se acuerde de Camilo y cada vez que nuestros compatriotas vean que el camino es largo y difícil se acuerden de Camilo, de lo que hizo, de cómo nunca perdió la fe en los instantes más difíciles y cómo supo hacer grandes proezas”.

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El viaje no es muy largo, pero el mulo en que pienso hacer el regreso es vago y bruto como no hay dos, cuando vine tuve que apearme tres veces a empujarlo, y eso que era loma abajo. Ahora que es loma arriba tendré que echármelo a cuesta, como si fuera la mochila.

(De una carta de Camilo a sus padres)

Cumpleaños de 1954

Del día de mis cumpleaños les diré que tuve quien me hiciera mis regalitos, pues Rafael me regaló una corbata, la familia Téllez una camisa y unos calzoncillos y por otro lado un pasador y yugos. “Suerte que tiene el Cubano”

(De una carta de Camilo a su familia)

Fuentes: Cuba Debate, Granma, Juventud Rebelde

 

Descarga aquí el libro: Camilo Cienfuegos: el hombre de las mil anécdotas, por Guillermo Cabrera Alvarez

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