Diarios desde Chile: Mauro Alejandro Castillo, Fotógrafo
Hace unos años me di cuenta que con el pasar del tiempo, cada vez me era más difícil sostener una vida en la capital, los trabajos no duraban lo que solían durar, la remuneración no daba para lo mínimo, me vi muchas veces en la necesidad de vender mis equipos para concretar uno que otro plan de vida.
Este año no di más y tome la decisión con mi pareja de irnos de la capital a una provincia donde pudiésemos estar más cómodos económicamente sacrificando la cercanía de nuestras familias y amigos. Tuvimos la suerte de que nos ofrecieran trabajo y una casa en Chillán, estábamos muy cerca de iniciar una nueva vida cuando nos enteramos que las evasiones en el metro habían llegado a un punto de represión por la fuerza, en mis 27 años siempre he tenido en cuenta que la violencia policial es desmedida y que en los enfrentamientos siempre hay heridos, mi primera impresión fue tener miedo, con el pasar de los días la información fue cada vez más agresiva, videos de gente recibiendo balines en su cuerpo, desangrándose en las calles, mi segunda reacción fue aún peor, tener pánico, uno siempre piensa que estas situaciones ocurren lejos de uno pero no podía estar más equivocado, esto era hoy, en Chile.
Con esta información en mi cabeza y viendo a mi pareja llorar del miedo pensé en que podía hacer para calmar la situación y de cierta manera no quedarme de brazos cruzados, para esto vendí mi bicicleta y me hice de una vieja cámara análoga, no es la cámara mas cara ni mucho menos la mejor opción de un fotógrafo pero si es rápida y me permite capturar un instante sin tener que hacer una medición profesional en el momento. Salí a la calle con mi compañera sin saber mucho que íbamos a hacer, ya que nunca había hecho foto documental en un ambiente sin control, no sabíamos que íbamos a ver ni mucho menos como actuar, el primer día en una manifestación pacifica en plaza Italia vimos como los carabineros tenían la orden de disparar lacrimógenas a quien desobedeciera las ordenes que ellos delimitaron, la idea era no dejarnos avanzar, todo desde el principio fue agresivo, nos atacaron con todo lo que tenían, la gente portaba en sus manos solo ollas para manifestarse. Con el transcurrir de los días las manifestaciones han sido cada vez más agresivas, para esto el presidente dio la orden que los militares debían hacerse presentes con armas de fuego, otra vez la gente solo portaba ollas y carteles. Hasta hoy estamos en una batalla con todas las de perder, no tenemos armas, no somos gente con un gran poder adquisitivo, pero estoy seguro que a todos nos une la misma razón, NO PODEMOS QUEDARNOS DE BRAZOS CRUZADOS! Estoy seguro que los que tienen conocimiento de enfermería, músicos, fotógrafos, etc. van a aportar desde sus habilidades para combatir la experiencia más aberrante que nos ha tocado vivir post golpe de estado.
Chile lo tiene todo y parece ser que a la vez no tiene nada, el manejo del presidente es un manejo económico, es una persona sin habilidades sociales que no es capaz de entender como violenta a su gente, la violencia la hemos vivido con cada situación cotidiana en donde no encontramos las herramientas para resolverlas, la impotencia genera una insatisfacción desde el fondo de nuestra pena. YA NADIE VOLVERÁ A CALLAR.
NUNCA
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