La política internacional de chantajes que práctica de Donald Trump da sus primeros réditos inmediatos con México
El anuncio del Gobierno de los EE.UU de la imposición inmediata del 5% de aranceles a un largo listado de productos “made in México”, que se elevarían hasta el 25% en mes y medio si no había respuestas positivas mexicanas en lo relativo a la crisis migratoria proveniente de Centroamérica, ha conseguido sus objetivos.
La reacción inicial del Presidente mexicano, Manuel López Obrador, fue la de no responder con medidas similares sino enviar a su Secretario de Asuntos Exteriores, Marcelo Ebrard, a negociar un acuerdo bajo presión y chantaje.
La decisión de López Obrador se ha traducido en un pacto del cual se desconoce casi todo, excepto algunos puntos generales divulgados por ambas partes. El Secretario de Asuntos Exteriores mexicanos evitando una respuesta concreta ante preguntas de la prensa afirmó que el contenido de lo pactado se refleja en su informe al Senado: “Aquí está todo, lo que hay, todo. No hay nada que no esté en este informe”. Mientras que a preguntas de que pasaría si el acuerdo no consigue los resultados esperados expresó cauteloso: “Permítanme no revelar la estrategia mexicana” .
Lo poco que se conoce del acuerdo establece una política mexicana de control policial del flujo migratorio masivo procedente de Centroamérica (especialmente desde Honduras y Guatemala), y el blindaje de la frontera terrestre con Guatemala mediante el despliegue de 6.000 efectivos de la recién creada Guardia Nacional mexicana.
La evaluación sobre la efectividad de estas medidas de contención policial se haría en apenas los 45 días posteriores a su implementación, y en la misma el Gobierno de los EE.UU se reserva la calificación final. Todo lo anterior conspira con la propuesta del Presidente mexicano en su toma de posesión de impulsar un programa de desarrollo socio-económico en Centroamérica, algo que sin duda solo podría dar frutos en un plazo bastante más extenso y pausado que el de los escasos 45 días acordados.
El Gobierno mexicano ha presentado el resultado de su actitud negociadora como un logro, pero la realidad apunta a que por primera vez la práctica de amenazas y chantajes abiertos en su manejo internacional que practica Donald Trump, ha dado resultados concretos en apenas una semana, y de eso mismo se jactó el Presidente norteamericano, cuando afirmó ante los medios: “Les voy a decir lo que teníamos hace dos semanas, no teníamos nada”.
El ejecutivo mexicano finalmente ha sido sensible a las previsiones de que los efectos prácticos de las sanciones norteamericanas tendrían un efecto de casi un 2% en el PIB mexicano, y que las mismas afectarían directamente en los precios de los alimentos básicos procedentes de su vecino del norte, desde donde México importa un 40%, sumado a la posibilidad real de que una guerra comercial conduciría finalmente a la suspensión del Tratado de Libre Comercio, recién actualizado entre ambos países y Canadá.
Un efecto colateral posible del anunciado despliegue del contingente de la Guardia Nacional en la frontera con Guatemala podría ser además es el aumento de la tensión y potenciales enfrentamientos armados de las fuerzas policiales con el movimiento zapatista en el sureño Estado de Chiapas, que hace frontera con Guatemala, dado que los zapatistas están en alerta defensiva desde la toma de posesión de gobierno de centro-izquierda de López Obrador, en enero de este año, donde anuncio varios macro-planes económicos y el reforzamiento de la presencia policial y militar del Estado en la región.
foto: Domini públic, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1041320
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