Nicaragua en la mira
Jorge Luis Ubertalli
Rebelión
El 20 de marzo de 1929, en plena batalla contra las tropas estadounidenses de ocupación de su país, Nicaragua, el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN), con la firma del “general de Hombres Libres”, Augusto Calderón Sandino, emitía una proclama titulada “Plan para la Realización del Supremo Sueño de Bolívar”. En ella se expresaba la idea de Sandino de constituir una Alianza de las 21 repúblicas indolatinoamericanas, paso previo a una Confederación, que tuviera como objetivo la independencia de Nuestra América de los EE.UU. y cualquier otra potencia extranjera. En este Plan, de 44 artículos y una Conclusión, se prescribían, entre otras, acciones para:
– Acabar con la Doctrina Monroe
– Conformar una nacionalidad latinoamericana
– Formar un ejército continental de 5.000 efectivos como base
– Crear una Corte de Justicia Latinoamericana que tuviera jurisdicción y competencia sobre los diferendos suscitados o a suscitarse entre los países de la Alianza
– Auspiciar la adquisición de derechos, mediante el financiamiento de banqueros latinoamericanos, sobre el Canal de Panamá, en manos de los EE.UU.
– Proponer el desmantelamiento de cualquier base estadounidense o de otras potencias que se hallasen asentadas en el territorio latinoamericano e impedir asentamientos futuros
– Considerar la Alianza Latinoamericana como única institución autorizada para erigir una base militar en el Golfo de Fonseca y poseer el paquete accionario mayoritario en relación con la futura construcción de un Canal Interoceánico en Nicaragua.
La primera reunión de la Alianza, que debía llevarse a cabo al siguiente año en Buenos Aires, no llegó a concretarse. Sandino fue traicionado y asesinado en 1934, junto a dos de sus generales, por el cipayo Anastasio Somoza García. Pero su sueño no murió. La integración indolatinoamericana plasmada hoy en el ALBA, la UNASUR y la reciente creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) alumbran aquel camino trazado por Sandino.
Sin embargo la Nicaragua de hoy, como la de ayer, libre en la Revolución Popular Sandinista, se halla amenazada por los mismos filbusteros del Norte de América y sus siempre listos compinches de la región. La opción militar, fundamental en la estrategia yanqui para con el mundo -caso Afganistán, Irak, Libia y en perspectiva Irán y Siria, entre otros- tiene su expresión en América Central a través del arribo a las administraciones del área de gobernantes que remedan un pasado dictatorial, agresivo, genocida, armamentístico y pro estadounidense.
Honduras y después
El golpe de Estado cívico-militar de junio del 2009 en Honduras se constituyó en el globo de ensayo para una futura militarización e instalación de “democraduras” y/o gobiernos títeres de EE.UU. en la zona. Sin solución de continuidad, a los hondureños de Micheletti y su sucesor “democrático” Lobo le sucedieron la obediente primera mandataria de Costa Rica, Laura Chinchilla, el recientemente elegido presidente kaibil de Guatemala, general Otto Perez Molina quienes, sumados al panameño Marinelli y al salvadoreño Funes -que debido a las presiones estadounidenses está cambiando el rumbo de su gobierno- cercan a una Nicaragua renovada en la fe sandinista y alineada, a través del ALBA, con los gobiernos revolucionarios y mas progresistas de indoaméricalatina.
En Guatemala, el general Otto Pérez Molina, formado en la Escuela de las Américas y en el Colegio Interamericano de Defensa (CID), acusado de genocida durante el terrorismo de Estado que tuvo su pico mas alto en los años 80, ha declarado que combatirá el “narcotráfico” con Fuerzas Especiales (kaibiles) que, precisamente, integran las filas del grupo de sicarios y narcotraficantes Los Zetas, que opera en México, Guatemala y se extiende como un pulpo por toda la región latinoamericana. Paralelamente, ha designado en el ministerio de Defensa al ex kaibil, coronel Ulises Anzuelo, y al también ex kaibil, Mauricio López, en el Ministerio del Interior. En ese marco de designaciones, maridajes con el Comando Sur de los EE.UU. (SOUTHCOM) -Pérez Molina y el jefe del Southcom, Douglas Fraser, acordaron la participación de los kaibiles y paracaidistas en la lucha contra el narcotráfico a la vez que mejorar los servicios de inteligencia locales y “compartir información”- y llamados al combate contra la “delincuencia”, Guatemala ha decidido incrementar su presupuesto armamentístico. Seis aviones militares brasileños Super Tucano, radares y equipos para el control aéreo forman parte de las proyectadas inversiones militares que rondan los 166 millones de dólares, las que se acrecentarán en poco tiempo, en cuanto cese el “embargo” de armas impuesto por EE.UU. en 1980. La llamada “guerra contra el narcotráfico” da para todo.
El presidente salvadoreño Mauricio Funes, por su parte, ha decidido designar Ministro de Seguridad al ex Ministro de Defensa, general Munguía Payes, que participó en la guerra sucia estatal y estadounidense desatada contra los militantes del FMLN y pueblo en general durante los años 80. La llegada de Munguía Payes al Ministerio de Seguridad preanuncia una recurrencia a la participación de las fuerzas armadas en la represión interna, situación criticada por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), uno de cuyos hombres, el ex comandante guerrillero Manuel Melgar, debió renunciar al cargo ocupado hoy por Munguía Payes debido a presiones de los estadounidenses. En ese marco, El Salvador, que aumentó su presupuesto armamentístico de 106 millones de dólares en el 2006 a 133 millones de dólares el pasado año, se halla en vísperas de adquirir lotes de Super Tucanos brasileños.
En cuanto a Honduras, se sabe que el 1 de diciembre el Congreso dio luz verde para que las Fuerzas Armadas puedan reprimir internamente junto a la policía mediante la fusión de los Ministerios de Defensa y Seguridad, lo que según analistas viola la letra de 40 tratados que establecen que ambos ministerios deben ser independientes y estar bajo control civil. Desde este momento los militares podrán practicar allanamientos, arrestos y registro de vehículos, actuando conforme a derecho en lo que venían haciendo de hecho. Con el remanido argumento de combatir el “crimen organizado” -tráfico de armas, asesinatos y ‘lucha contra el terrorismo’- los militares catrachos, quienes llevaron a cabo el golpe del 29 de junio del 2009, se dedicarán a preservar el ‘orden’. En este contexto, signado por la corrupción policial -hace un mes se denunció el extravío y venta de 300 fusiles y 3.000 cartuchos pertenecientes a la fuerza especial ‘Cobras’, de triste reputación en cuanto a acometer crímenes masivos en el pasado y la actualidad- las fuerzas armadas de Honduras, cuyo presupuesto se elevó de 63 millones de dólares a 173 millones en cuatro años (2006-2010), han declarado que comprarán a Israel y EE.UU. “armamento especial”, como los fusiles israelíes de asalto Tavor, M-16 de EE.UU. y morteros de este último país. En cuanto a la Fuerza Aérea catracha, cuenta desde hace poco con 8 avionetas estadounidenses Maule para entrenamiento de pilotos. Cuatro de ellas han sido donadas por EE.UU., país con el cual “crecerá la cooperación militar”, según el jefe de las fuerzas armadas hondureñas, René Osorio Canales, de carnal sintonía con el jefe del SOUTHCOM, general Douglas Fraser, quien asistió a la entrega de las aeronaves. Cabe destacar, por otra parte, que Honduras cuenta con la Fuerza Aérea mas poderosa de América Central, conformada por 11 cazas bombarderos F-5E Tiger II, reacondicionados a nuevo, y 4 A-37 B, de ataque.; 1 helicóptero IAI Arava 121(israelí), 5 helicópteros Bell 412-SP (USA) y otras piezas israelíes, estadounidenses y brasileñas. Panamá, por su parte, invirtió hace pocos meses 23 millones de dólares en equipos para 11 estaciones guardacostas, erigidas para “combatir al narcotráfico”.
“Hay moros armados en la Costa… Rica”
Aunque no tiene un ejército formal desde finales de los años cuarenta del pasado siglo, Costa Rica no es precisamente un vergel pacifista. Ni bien asumió la nueva mandataria Laura Chinchilla en 2009, 10.000 marines y 48 barcos de guerra estdounidenses arribaron al país para ayudar a “combatir el narcotráfico”, a pesar de las protestas de los partidos y legisladores de la oposición. En el mismo contexto, policías y militares ticos, armados con ametralladoras y otras vituallas de guerra, se personaron en el límite con Nicaragua, signado por el rio San Juan, donde desde el siglo XIX se proyectó construir un canal interoceánico, enfrascándose en un diferendo que llegó hasta La Haya. A finales de noviembre de este año, y siempre con la excusa del “combate al narcotráfico”, el gobierno tico ha militarizado la frontera con Nicaragua, a la vez que autorizó la construcción de una carretera de 140 kilómetros a lo largo de la banda tica del rio antes citado que alterará el ecosistema y aparejará -como ya lo viene haciendo- grandes daños a la navegación y a los pobladores nicas de esa vía fluvial. De los 50 millones de dólares (5.000 millones de colones) que costará la carretera de la discordia, sólo 800 millones se invertirán en su construcción, el resto se utilizará para contratar uniformados armados hasta los dientes, que ya se hallan en la zona, calificada como de “emergencia” por la primera mandataria Laura Chinchilla. Como dijimos antes, el “combate al narcotráfico” dá para todo. El 2 de septiembre pasdado un portaaviones estadounidense capturó en aguas costarricenses barcos de pesca, pese a las protestas de violación de la soberanía de ese país que llevaron a cabo legisladores y pueblo en general. Para muestra…
Nicaragua cuenta con la Fuerza Aérea mas pequeña del istmo. Solo posee misiles SAM tierra-aire como defensa ante posibles agresiones, que siguen intactos en gran parte a pesar de las presiones de los EE.UU. para desactivarlos. Ante el nuevo triunfo del sandinismo en el país, los yanquis cambian de táctica pero no de mañas. Declarado persona no grata el embajador Robert Callahan, quien a principios de este año insultó a periodistas locales argumentando que eran “empleados del gobierno” de Daniel Ortega, aquel siguió denostando al gobierno sandinista desde EEUU, calificando las últimas elecciones nicaragüenses de “farsa electoral”. Callahan, hombre de la CIA, experto en Operaciones Psicológicas, discípulo del ex embajador en Honduras John Dimitri Negroponte y operador de prensa en el país catracho e Irak, dejó su cargo en Nicaragua, que fue ocupado por la nueva embajadora made in USA, Phillis Powers, proveniente de Panamá. Powers estuvo anteriormente en Jordania, Rusia, Polonia, Colombia, Lima y Bagdad. Ahora, ya en Nicaragua, se supone que deberá recomponer las relaciones con este pequeño país, enturbiadas por Callahan. Nicaragua, cabe decirlo, es el país centroamericano menos contaminado por el narcotráfico, a pesar de carecer de los implementos bélicos con los que cuentan sus vecinos, sobre todo hondureños y costarricenses. Sin embargo, su alineamiento con el ALBA en el marco de su pasado y presente sandinista constituyen una piedra en el zapato imperial, quien intentará arrasar, cuando pueda, al país de Sandino y Carlos Fonseca Amador.
Las intrigas estadounidenses en México -trasiego clandestino de armas y otras- con respecto a la “lucha contra el narcotráfico” constituyen un llamado de atención sobre lo que vendrá. El doble mensaje imperial, no por conocido menos peligroso, es algo a tener en cuenta en relación con el futuro de Nicaragua. Nicaragua está en la mira, es preciso alertar y alertarnos sobre esta situación.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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