“Con el periodismo no hay que crear compasión, sino indignación”

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El periodista Unai Aranzadi prepara un nuevo trabajo que muestra la cara desconocida del conflicto en Colombia
Eduardo Muriel
Público
Existe una Colombia muy presente en nuestros medios de comunicación, en la que el mayor problema son los secuestros de la guerrilla de las FARC. Sin embargo, aunque no tan conocida, existe otra en la que sicarios asesinan a sindicalistas y periodistas, o los grupos de paramilitares acaban violentamente con la vida de activistas o campesinos. Según la ONU, desde 1984 hasta hoy han muerto violentamente más de 2.800 sindicalistas, lo que supone una media de cien al año. El periodista Unai Aranzadi lleva años mostrando esa cara de Colombia, marginada de la opinión pública.
Hace una década, Aranzadi decidió armarse con una cámara y recorrer los puntos calientes del planeta, y ha cubierto los conflictos de Irak, Zimbabwe, Bolivia o Somalia, entre otros lugares, para cadenas como la BBC, CNN o Al Jazeera. Ahora, acaba de terminar su último trabajo, ‘Colombia invisible’, que próximamente se podrá ver en Internet en su web IndependentDocs. 1- Primero, introduce un poco el documental. ¿Con qué nos vamos a encontrar? El documental se llama ‘Colombia invisible’ y es un largometraje de poco mas de una hora. Es un proyecto muy ambicioso porque no sólo revela las causas del conflicto que los medios corporativos y la clase política europea no muestran, sino que también visibiliza las propuestas de paz más razonables y realistas. Este proyecto se ha llevado a cabo gracias a Mundubat, una fundación vasca que viene haciendo el trabajo comunicativo que los medios de información comerciales hace tiempo dejaron de hacer, poniendo así de manifiesto que no siempre produce historias importantes quien mas tiene, sino quien mas quiere. La cinta, que cuenta con mucho periodismo de investigación, saca a luz todos esos crímenes de Estado que la prensa española, con tantos intereses económicos en Colombia, no muestra. Para ello he viajado durante dos meses a las zonas más afectadas por la guerra, y he documentado por primera vez el proceso de fabricación de un falso positivo (que es una ejecución extrajudicial) y el coste humanitario de las multinacionales españolas (que generan desplazamiento y muerte en sectores muy desfavorecidos). En fin, que si alguien quiere saber por qué hay guerra en Colombia, esta es su película. Esperamos ponerla en la red, y se podrán dar copias a quien las solicite para proyectarlas con público. 2- Has realizado varios trabajos en Colombia. ¿Cuáles crees que son las causas del conflicto colombiano y por dónde debería ir la solución? Las causas están en la desigualdad y en la relación violenta que desde un principio estableció el gobierno con sus gobernados. En Colombia, el 1% de los propietarios acumula el 80% de las tierras productivas, y hay cinco millones y medio de desplazados, siendo el país de América con más desigualdad entre pobres y ricos. Esto viene siendo así desde la independencia en el siglo diecinueve, cuando el poder propició guerras y estableció un sistema ad hoc —el bipartidismo— para imposibilitar el acceso de las masas al ambito de decisión político. Y es que en Colombia, cuando alguien, bajo gran riesgo, osa crear un movimiento democrático alternativo para alcanzar el poder, es asesinado. Hay hechos extraordinariamente crueles, como el exterminio de todo un partido, tal y como fue el caso de la Unión Patriótica en los ochenta. En menos de diez años, el Estado asesinó a unos 5000 miembros, incluyendo concejales electos, senadores y candidatos presidenciales, sin que hasta hoy nadie haya pagado por ello. Pero también en la actualidad se asesina a todo aquel que sea crítico con el status quo. Sindicalistas, lideres sociales, indígenas, activistas por los derechos humanos, campesinos, periodistas, sacerdotes, abogados o miembros de partidos de izquierda son ejecutados sin que en la madrasta patria les dediquen una línea. Esta tradición de masacrar al pueblo de diversas formas a lo largo de diferentes décadas, llevó a ciertos sectores a alzarse en armas, ante la imposibilidad de reclamar derechos sin perder la vida. Las FARC, por ejemplo surgieron para no dejarse expulsar de sus tierras, es decir, la guerra del Estado contra el pueblo es lo que creó la guerrilla y no al contrario. 3- La mujer colombiana también ha sido protagonista de alguno de tus documentales, ¿Cuál es el papel de la mujer en el conflicto colombiano? La mujer es enfrentada de diversas formas por todos los actores armados sin excepción, y por eso titulé, ‘Enfrentadas’, mi anterior documental. Sin embargo, cabría destacar dos grupos especialmente letales para las mujeres. Uno es el Estado, que ampara un sistema machista, y otro es el paramilitarismo, que las convierte en un producto de explotación sexual deshechable. Por otro lado, es importante resaltar que, al menos desde hace unos años, la mayoría de los movimientos pro derechos humanos, están vertebrados e incluso liderados por mujeres, y es a ellas a las que el paramilitarismo de ‘Los Rastrojos’, ‘Los Urabeños’ y ‘Las Aguilas Negras’ más golpean. Son muertes casi diarias ocultadas por los constructores de la opinión pública. Si a ellas se les diese un uno por cien de la atención mediática que se da a las ‘damas de blanco’ de Cuba quizás se salvarían vidas, pero no, estas mujeres se encuentran abandonas a su suerte frente a la violencia del Estado y su brazo paramilitar. Su valor y capacidad de construir sociedad es admirable. A ellas, las he visto armadas de razones frente a la fuerza pública en espacios humanitarios de San José de Apartadó o Curvaradó. Las he visto también en la minga por los derechos indígenas de Cauca y contra la trata de blancas y el feminicidio en Putumayo. Aunque no se diga, ellas sufren la guerra aún más que los hombres, y deberíamos verlas como iguales vulnerabilizadas, y no como un género vulnerable. 4- ¿Cuál está siendo la actuación del gobierno colombiano para enfrentarse y solucionar el conflicto? Santos de momento no está por la paz, está por la guerra. El asesinato del comandante Alfonso Cano, quien enfatizó hasta su muerte la necesidad de un proceso de paz, lo deja claro, como también lo hace el hecho de que se minimice, e incluso proteja, a los 14.000 paramilitares que siguen matando y extorsionando. Por otro lado, existe un hecho muy preocupante que, como se trata de algo generado por el Poder, cuenta con gran eco en los medios de desinformación españoles. Se trata de la nueva “ley de víctimas” y “ley de restitución de tierras”, supuesta panacea que Santos propaga como generoso paso dado por el Estado. En primer lugar dichas leyes son papel mojado, porque la tierra que se reconoce para devolver a los desplazados es un tercio de la real, como ha quedado probado en la corte constitucional, y en segundo lugar, porque las víctimas que esta torticera ley reconoce no incluye las ejecuciones extrajudiciales (que son al menos 3000 según la fiscalia), las desapariciones forzadas (57.000 según Naciones Unidas) o los crímenes cometidos por el nuevo paramilitarismo que emergió con posterioridad a la falsa desmovilización del 2005. Además, el Estado, autor probado en multitud de crímenes de lesa humanidad, no se reconoce como victimario y actor responsable, sino como quien subsidia a unas víctimas seleccionadas. En una de las entrevistas de mi documental, ‘Colombia Invisible’ el antropólogo Alfredo Molano dice que el mayor obstáculo para la paz en el país será el enriquecido Ejército, que gracias a Washington goza de un presupuesto inédito en la historia de América Latina. También el investigador Danilo Rueda señala un hecho interesante que contradice las lógicas militaristas aportadas por el Ministerio de Defensa. Ellos dicen que eliminar a cada guerrillero cuesta un número de días y dinero, que, si es calculado tal y como dicen, acabar con la guerrilla llevaría otros 50 años de muerte y miles de millones de dólares gastados, por lo tanto, la negociación es la única vía razonable hacia la paz militar y social, aunque ciertos personajes que viven bien sin poner un hijo en el frente, no quieran reconocerlo. 5- Dices que el periodismo que haces es uno que camina con los pueblos, ¿crees que hoy falta ese tipo de periodismo? Sí, yo casi he dejado de consumir periodismo de Internacional porque veo que muy pocos reporteros identifican las incómodas causas de la opresión. Parecen acompañar mucho mas las necesidades editoriales de las grandes corporaciones que las grandes necesidades populares. Les dicen, “ahora a Libia para decir esto”, y todos a Libia a decir eso, “ahora todos a tal sitio a decir aquello”, y todos a tal sitio a decir aquello. Lo mas fascinante es que se creen que hacen periodismo sin ser políticos. Sí, es cierto que hay mas gente viajando que nunca, pero en mi opinión, siguiendo la agenda que se les marca, con mucho miedo a expresarse libremente o de forma crítica. Es como si hablas de la crisis y te quedas en lo bancos, sin denunciar las políticas que posibilitan ese accionar a los bancos. Para mí, hablar de la violencia o la pobreza sin hablar claramente de los motivos que las generan, es hacer explotación de la miseria, o dicho de otra forma, es hacer al periodismo lo que Angelina Jolie o Lady Di al activismo. ¿Por qué? Porque te quedas en el impacto sensacionalista del niño famélico y no señalas el sistema que lo hace famélico. Te podría dar muchos ejemplos que se ven a diario en los periódicos y televisiones, tales como esos reportajes que hablan de prostitución sin hablar de patriarcado, u otros que hablan del intervencionismo sin llamarlo como los historiadores lo llevan llamando milenos, es decir, Imperialismo. Esas interpretaciones superficiales de la realidad son tan banáles y repetidas por ciertos periodistas y editores que ya la gente lo ha captado y es normal que pierdan la fe en el periodismo o los diarios. Yo creo que no hay que generar indiferencia o compasión, sino colera, respuesta, indignación, ganas de cambiar lo injusto porque hemos hecho nuestro trabajo como reporteros al señalar las raíces de los problemas, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Los mejores enviados especiales de todos los tiempos, aquellos a los que luego todos copiaron, así lo hicieron en sus audaces crónicas. Estoy hablando de gente como John Reed o Jack London, que precisamente por ser socialistas y comunistas son hoy muy poco citados por las elites de la prensa que marcan los límites del sentido periodístico. 6- Desde el punto de vista de la cobertura periodística, ¿hay guerras más “comerciales” que otras? ¿Qué opinas de la agenda mediática de los grandes medios en ese sentido? La prática totalidad de los medios de información, sean radio, televisión o prensa, son negocios. Y su fin como negocio, es hacer dinero. Si emergieron del capital y tienen como fin hacer mas capital, ¿qué es lo que son fundamentalmente? Pues capitalistas, por lo que toda su línea editorial va a ser destinada a artícular el discurso que les renta, es decir, el neoliberal o conservador. Sí, es un hecho científico afirmar que los periodistas, las temáticas y los enfoques que coincidan o se adapten a esta línea política tendrá cabida en ellos, pero todo lo demás se quedará fuera. ¿Ustedes conocen algún reportero de guerra laureado con ideas de izquierda? Yo no. Por ejemplo, si se habla de la guerra en Colombia se hablará bien del Gobierno, pues favorece el negocio del BBVA, Telefónica y Repsol, empresas que gastan millones de euros en publicidad y en la que los directivos tienen acciones. Si se saca en portada una blogger cubana sin visado como Yoani Sánchez y no se menciona a 18 periodistas hondureños asesinados tras el golpe de Estado es por algo. Cuba no es capitalista, y en Honduras, los golpistas de la derechas, están por el “libre mercado” y contra el ALBA. En fin, los casos son tantos como evidentes para el que tenga ojos y conciencia. Yo creo que por encima de todo, mas que guerras comerciales, que también las hay, hay miradas comerciales. En Libia lo vimos claro, la gente que hizo propaganda a favor del bombardeo OTAN hizo muy buen negocio, por el contrario, si alguien se oponía a la intervención, ¿de dónde iba a cobrar por publicar? La derecha y su discurso único, lo tiene prácticamente todo y lógicamente, es muy difícil sobrevivir fuera de su vivero económico. Yo mismo no sé por cuanto tiempo podré vivir de esto… 7- Has estado en muchos países en conflicto. ¿Cuál es tu manera de viajar y hacer ese tipo de periodismo que haces? ¿Cómo trabajas?. Trabajo en la precariedad absoluta, y jamás he sido asalariado. Es sufrido porque no tengo ni seguro, ni alianzas influyentes, pero me considero afortunado de poder hacer el periodismo libre que había soñado. Gracias a no tener jefes y viajar de la forma mas barata posible, he podido conocer los países de abajo arriba, y no de arriba abajo como muchas veces se hace desde el periodismo, que quieras o no, y en esto me incluyo, tiene mucho de colonialista. Con estas limitaciones, que a veces son virtudes, documento la realidad que percibo, mediante fotografías, filmaciones y escritos. Mis trabajos han sido emitidos por todo tipo de medios, de Canal + a La Jornada de México o televisiones del Reino Unido o Dubai, aunque también me siento muy orgulloso de publicar en medios de la resistencia informativa que se encuentra en Internet, aquella que publica la información proscrita en los grandes medios. He de decir también, que últimamente y en estos tiempos de crísis, me da de comer bastante mi archivo, pues son cientos de cintas de quince conflictos en cuatro continentes. Si te paras unas horas delante de canales de televisión europeos, es muy probable que veas mis secuencias, aunque no salgan firmadas. 8- ¿Consideras que un ciudadano medio en España está bien informado sobre la actualidad internacional? ¿Por qué? No lo está, pero no lo está ni el español ni el alemán. En primer lugar porque es sencillamente imposible estar al día de todo. Es una ambición difícil de satisfacer y proclama la lógica de una sociedad con bulimia informativa. Sí, toca aceptar una parte de lo planteado, me refiero a que es normal que una señora llegue a su casa después de una larga jornada y no disponga ni de mucho tiempo ni de muchas ganas para informarse sobre lo que pasa en el resto del planeta. Somos humanos. Ahora bien, lo preocupante es que esa poca información que le llega a través de los canales convencionales, está escorada hacia el neoliberalismo de forma masiva. Ya sabemos que en el mundo hay solo dos grandes agencias que nutren a la práctica totalidad de medios occidentales, Reuters y Associated Press. La primera británica, la segunda, estadounidense. Saquen ustedes conclusiones sobre qué agenda, y qué enfoques o parámetros traerán… Por otro lado, en el caso de las secciones de Internacional españolas, ¿de qué diversidad estamos hablando? Las diferencias editoriales entre Vocento, Prisa, Grupo Zeta o Unidad Editorial, son absolutamente inexistentes. Todos dicen lo mismo. ¿Y qué dicen?. Que las bombas de la OTAN son humanitarias y las de los otros, terroristas. Que el capitalismo es sinónimo de democracia, que Uribe y Santos son buenos y que Chávez o Putin son malos… Como alternativa a su visión única, yo creo que Internet juega un papel fundamental, a lo que yo sumaría las radios y televisiones comunitarias, libres o locales, pues en algunas partes del Estado tienen propuestas valiosísimas. Te estoy hablando de tener a inmigrantes subsaharianos en un humilde estudio hablando de guerras africanas, o de palestinos y hondureños denunciando desde una casa ocupa, crímenes de estado. Son además de pueblo, experiencias comunicativas de primera que no verás jamás en La Vanguardia, Punto Radio o Antena 3. 9- ¿Hay futuro para los periodistas jóvenes que ahora empiezan? ¿Algún consejo para ellos? Hay mas juventud preparada y con mas ganas que nunca. El mundo está repleto de historias y desafíos que urgen ser contados, por lo que el escenario es apasionante, ya que todas las condiciones para que se produzcan grandes historias están dadas. Ahora bien, hay algún pero importante. Tanto el sector público como el privado, nos dicen que no hay dinero. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, y gracias a que ya prácticamente no se paga, de ahora en adelante se producirán historias que al menos serán libres, quiero decir, que se realizarán porque jóvenes harán lo que les parezca auténtico sin el factor comercial, que quieras o no lo corrompe todo. En este sentido, el periodismo lo veo como un producto artesanal, que para que resulte significativo ha de ser algo muy elaborado. Eso sí, surge una contradicción, dado que, ¿quién se podrá permitir sobrevivir haciendo reportajes que requieren tanto tiempo y energía?. Pues mas bien las clases medias y altas que tengan las necesidades básicas cubiertas, además de, lógicamente, los colaboradores habituales o de plantilla. Es injusto. Una vez mas, las mayorías despojadas de recursos, quedarán como simples espectadores de su propia historia. Esos jóvenes de una clase desfavorecida que no deja de crecer, no describirán el mundo, sino que una vez mas, su propia historia y la de otros, les será tramitada. Frente a esta desigualdad, yo soy un gran defensor de los medios públicos. No es ninguna utopía, funciona tanto en Suecia como en Venezuela. Por último me parece importante resaltar que no será casualidad que el actual modelo periodístico sucumbe al mismo tiempo que el capitalismo. La crisis no es si papel o digital, si freelance o de plantilla. La crisis en el periodismo es de valores, pero el oficio detesta la autocrítica. Fíjate como están acribillando a Robert Fisk por decir algunas verdades sobre el reporterismo que quienes conocemos el terreno reconocemos inmediatamente…. Yo creo que mientras explicar las guerras se reduzca al espectacular ‘bang, bang’ en el conflicto de moda, o mientras el hambre se exhiba como un hecho sin responsables políticos en el Norte y la monarquía un tema intocable, el periodismo continuará siendo efímero y taquigrafía del sistema. Por el contrario, si viene una juventud rebelde dispuesta a recuperar el mejor sentido del periodismo, que es aquel que contribuye a liberar a las personas y sus pueblos, el futuro será brillante, le pese a quien le pese. Creer en vosotras y vosotros mismos, no ser dependientes de rebaños y sobre todo, especializaros. Fuente original: http://www.publico.es/internacional/427248/con-el-periodismo-no-hay-que-crear-compasion-sino-indignacion


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