Intento de detención de Aurore Martin
La Policía no logra detener a Aurore Martin por la resistencia ciudadana
Decenas de personas se convirtieron ayer en un «muro popular» y evitaron que la Policía se llevase detenida a Aurore Martin. Ante la presión del grupo que acudió a la casa donde se encontraba, los agentes desistieron del intento. La militante se refugió en el casco viejo, donde fue arropada por unas doscientas personas, entre ellas, electos de diferente tendencia política y miembros de partidos y sindicatos.
Arantxa MANTEROLA | BAIONA
A la vista de lo ocurrido ayer en Baiona, el llamamiento realizado por Aurore Martin el pasado sábado en Biarritz para «construir un muro popular contra la represión y la imposición» tuvo un efecto casi inmediato y, además, se concretó en su propia persona.
Y es que decenas de ciudadanos impidieron su detención y la arrancaron literalmente de las manos de los policías cuando la llevaban consigo «a volandas, agarrada de brazos y piernas», como relataron testigos presenciales. La militante abertzale confirmaba esa versión un poco más tarde, una vez que, acompañada por una peculiar escolta solidaria, pudo llegar al casco antiguo de Baiona.
La detención se produjo poco antes de las 15.00, cuando Martin se encontraba en casa de su hermana y se disponía a ser entrevistada por un equipo de TV. Unos seis agentes de la Policía francesa vestidos de paisano y con capuchas llamaron a la puerta y, ante la negativa a abrirla, la derribaron.
Los minutos que tardaron en hacerlo sirvieron para que, tras ser advertidos de la presencia policial, militantes y amigos acudieran al domicilio. Los primeros en hacerlo fueron, precisamente, los participantes en la acampada de «indignados» situada en las cercanías.
Mucha tensión
Para cuando los agentes encapuchados bajaban a Aurore Martin por las escaleras, unas cuarenta personas ya se habían concentrado y les hacían frente, obstaculizándoles el paso. «Fueron momentos de gran tensión y violencia», recalcaba la zuberotarra, a quien los policías decían que «sólo hacían su trabajo y que todo pasaría bien».
Sin embargo, ante la postura decidida de los congregados de no permitir que se la llevaran, al final optaron por desistir en su intento y pedir refuerzos.
Nada más marcharse la Policía y arropada por el grupo, Martin se refugió en el casco viejo. Para las 15.30, unas 200 personas respondían a la llamada de urgencia que se propagó rápidamente en las redes sociales y se congregaban en la plaza San Andrés, a la que también fueron llegando electos de diferente tendencia política.
Entre ellos podía verse a Ixabel Etxeberria y Jeff Bederede, ediles abertzales de Urruña y Senpere respectivamente, a la consejera general del PS de Baiona Marie-Christine Aragon, al concejal Jean-Rene Etchegaray (MoDem) y a representantes de formaciones políticas como Xabi Larralde (Batasuna) o Claude Larrieu (NPA). También acudieron miembros de sindicatos (Solidaires, LAB) y de colectivos sociales y de defensa de los derechos humanos (Askatasuna, Anai-Artea, Bizi).
Apoyo extraordinario
Una vez recobrada la calma, Aurore Martin, conmovida y asombrada por el apoyo recibido, reiteró lo dicho cuando reapareció el sábado poniendo fin a siete meses de retiro obligado: «Ya advertí de que no me iba a dejar detener así como así y que me resistiría. Pero la reacción de la gente que ha venido a protegerme ha sido extraordinaria».
No obstante, la reacción fue poco habitual dado el silencio que ha mantenido el Estado francés respecto a este caso en los últimos meses. El ministro de Interior, Claude Guéant, respondía a preguntas de periodistas y prometía que la euroorden contra Martin se aplicará porque es la «obligación de la Policía aplicarla».
El revuelo causado por el intento de detención fue plasmándose durante la tarde en prácticamente todos los medios de comunicación. Diferentes personalidades políticas del Estado criticaron la decisión de detener a la militante abertzale. Así, la eurodiputada de Europe Écologie Catherine Grèze la rechazó duramente «porque la euroorden así aplicada vulnera los fundamentos de nuestra democracia». Añadió que esta actuación constituye «una traba más para la consecución de una paz duradera en el País Vasco».
El portavoz del PCF, Olivier Dartigolles, declaraba, por su parte, que el arresto «cuestiona un principio de base reconocido en Francia como es el rechazo a extraditar a alguien por motivos políticos».
La izquierda abertzale «aplaudió la movilización popular que ha evitado la detención de Aurore Martin», así como el compromiso en favor de los derechos políticos y civiles mostrado por cientos de personas en Ipar Euskal Herria.
Aralar se solidarizó con la militante abertzale y denunció la utilización «perversa tanto por parte del Estado francés como del español» de la euroorden. Instó a París a que no la haga efectiva y subrayó que, «para conseguir una paz permanente, es fundamental que estas estrategias desaparezcan».
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