Ante las elecciones estatales del 20-N
Aralar también participará en la alianza para el 20-N
En una asamblea extraordinaria celebrada en Nafarroa, Aralar decidió ayer sumarse a la alianza propuesta por la izquierda abertzale, Eusko Alkartasuna y Alternatiba para concurrir unidos en las próximas elecciones del 20-N, con el objetivo de acudir a Madrid «como pueblo».
Aritz INTXUSTA | ARTIKA
Sólo falta ponerle nombre y elegir candidatos. La decisión tomada por los militantes de Aralar ayer en la Kultur Etxea de Artika es definitiva: compartirán papeleta con los tres integrantes de Bildu para las próximas elecciones generales. La decisión del presidente español de acortar la legislatura complicó el calendario a Aralar, empujándole a dirimir en una asamblea extraordinaria cuál sería su estrategia para el 20-N. Los aproximadamente 240 militantes que acudieron a la cita votaron directamente sobre un preacuerdo, fruto de un proceso de negociaciones avanzado con la izquierda abertzale, EA y Alternatiba. El debate de la militancia de Aralar estuvo ajustado, resolviéndose al final por un 61,4% de los votos, frente a un tercio (35%) que se posicionó en contra de la alianza abertzale.
Lo decidido ayer no tiene vuelta atrás. No obstante, Aralar mantiene su congreso de octubre donde, entre otros asuntos, saldrá elegida su nueva Ejecutiva, se debatirá su ponencia política y quizá se refrende el acuerdo definitivo. Patxi Zabaleta reveló poco del contenido de esas negociaciones, adelantando que ese pacto de mínimos comunes sería presentado próximamente por todas las fuerzas implicadas.
La actual dirección de la formación abertzale ha sido una de las impulsoras de esta necesidad de unión frente a otras corrientes internas que refrendaban su apuesta por NaBai, al menos en Nafarroa, amparándose en los resultados de las últimas elecciones, cuando obtuvieron mejores datos que Bildu.
En un primer momento, Aralar propuso integrar a todos los miembros de NaBai en la candidatura que se presentara en Nafarroa. Posteriormente, los independientes de la Permanente de NaBai y el PNV trasladaron a Aralar que ellos no estaban dispuestos a esa unión de fuerzas. En consecuencia, el preacuerdo de ayer afecta tan sólo a Aralar. Inquirido por la prensa sobre la posibilidad de que exista otra lista abertzale de izquierdas en Nafarroa que pretenda usar las siglas de NaBai, Zabaleta dejó claro que eso es imposible. La marca NaBai está registrada por Aralar. De todos modos, el político de Leitza no quiso cerrar las puertas a nuevas incorporaciones a ese pacto a cuatro. Zabaleta confía en que el resto de NaBai «entrará en razones».
El líder de Aralar sí desveló algunos de los contenidos de dicho preacuerdo, aunque sin entrar en profundidad en ellos. Según dijo, ese pacto fue alcanzado el viernes mismo por la comisión negociadora. «Queda por atar el nombre específico para Nafarroa, la portavocía navarra y cuestiones de programa, ya que el acuerdo sólo contiene ideas y principios generales».
Zabaleta añadió que gestionarán «esta propuesta para que se pueda llevar a cabo en todo Hegoalde. Aunque, en Nafarroa, tendrá un nombre propio y especificidades propias. Además, se respeta la decisión de los navarros políticamente. Aralar somos los más defensores de los navarros y navarras en cuanto a su dignidad política, pero entendemos que esas especificidades son compatibles con un acuerdo más amplio como ha sucedido en otras ocasiones».
El objetivo más inmediato de la reunión de Artika era conceder el aval a los negociadores de la Ejecutiva para que acaben de atar todos los flecos, pero antes hubo que votar otras propuestas de cara a las elecciones.
Un tercio no lo ve claro
Destacados miembros de Aralar -entre ellos el vicecoordinador, Jon Abril- no compartían las tesis defendidas por Zabaleta y Txentxo Jiménez. Las distintas visiones de la estrategia a seguir se trataron a través de enmiendas parciales a la ponencia política que el partido discutirá en su totalidad en el Congreso de octubre. El apartado 4.7 de la ponencia es el que trata sobre la estrategia de alianzas y los discrepantes con la línea oficial pudieron presentar enmiendas a dicho punto antes de que se procediera a la votación del preacuerdo en sí.
De esta forma, los afiliados de Aralar primero tuvieron que tumbar todas las enmiendas incompatibles con el acuerdo para las estatales antes de proceder a votar el pacto a cuatro con la izquierda abertzale, Alternatiba y EA. Por ejemplo, la enmienda de Abril abogaba por no presentarse en la CAV y seguir con NaBai en Nafarroa. Otros grupos dentro de Aralar mantenían tesis similares, ya sea la concejal de Iruñea Itziar Gómez, o su compañero en ese ayuntamiento, Aitor Lakasta, que apostaba por ampliar NaBai tanto a los componentes de Bildu como a Izquierda-Ezkerra (coalición de Batzarre e Izquierda Unida de Nafarroa). Otra de las voces discordantes era la de Josema Urroz, quien ya se posicionó en favor de mantenerse en NaBai durante su intervención en la asamblea en la que nació la asociación Zabaltzen del jueves.
También es cierto que había otras enmiendas que apoyaban la posibilidad de acelerar el proceso de acercamiento a la izquierda abertzale y las fuerzas de Bildu de forma definitiva.
Las enmiendas que obtuvieron más de un 10% de respaldo volverán a debatirse en el Congreso, pero no ha trascendido qué nivel de apoyo ha cosechado cada una de ellas, ya que el debate fue a puerta cerrada.
Según remarcó Txentxo Jiménez hace unas semanas, el acuerdo NaBai 2011 no contemplaba específicamente qué hacer en las elecciones estatales. En consecuencia, Aralar no entiende que se haya roto NaBai tras su decisión.
La traición de Barcina deja al PSN sin capacidad de reacción
Yolanda Barcina desató un terremoto político en Nafarroa la noche del viernes, cuando emplazó al PP a coaligarse de nuevo con ellos de cara a las generales. La nueva presidenta dejó claro el motivo: su miedo a que la unión de las fuerzas de Bildu con Aralar sea la más votada en Nafarroa. Si con su apoyo a la reforma de la Constitución, UPN lanzó un mensaje de lealtad a las dos fuerzas mayoritarias en el Estado español, la nueva líder de la Unión del Pueblo Navarro ha tardado muy poquito en cobrarse el favor. Y el golpe a sus socios del PSN, pilló desprevenido al vicepresidente navarro, Roberto Jiménez.
El líder del PSN tomó ayer la palabra en el Comité Regional del partido, asegurando haber «desayunado con una sorpresa» y lanzando críticas a sus compañeros en el Gobierno navarro, que les aguaron en cierta medida el primer Comité Regional del PSN desde que está en el Gobierno. «En UPN hacen política pensando en terceras fuerzas políticas y no en los ciudadanos», señaló Jiménez. De todas formas, el vicepresidente dejó claro que la decisión de Barcina de volver a caminar de la mano del PP no tendrá consecuencias en la gobernabilidad del herrialde. «El PSN está en el Gobierno de Navarra para que las cosas funcionen», señaló el vicepresidente, quien enmarcó en un «compromiso asumido» para con «la ciudadanía» su decisión de seguir apoyando durante otros cuatro años a la derecha.
Jiménez terminó su intervención con respecto al desaire de la ex alcaldesa de Iruñea, asegurando a sus correligionarios que UPN «no teme a Bildu para las próximas elecciones, sino al Partido Socialista de Navarra».
La presencia del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, en ese Comité Regional de ayer en Iruñea generó expectación en los medios por ver si Ferraz fijaba postura en torno a las negociaciones de Barcina. Blanco fue el hombre que estuvo detrás del denominado «agostazo», cuando la dirección del PSOE de Madrid dinamitó el pacto firmado entre NaBai y PSN para gobernar conjuntamente. Jiménez presentó a Blanco como «un habitual por estas tierras». Sin embargo, el vicesecretario ni lo mencionó. Soltó una arenga genérica, en la que alabó la reforma constitucional y criticó los recortes de Castilla La Mancha. Cargó contra el PP, pero sobre el pacto de gobierno en Nafarroa, no hizo una sola mención específica.
Por su parte, Santiago Cervera, el líder del PP navarro se mostró en principio muy favorable a entenderse de nuevo con sus ex compañeros de UPN. «No excluimos esa posibilidad y estamos dispuestos a sentarnos con UPN para ver cómo podría formalizarse», expuso. Cervera, no obstante, aprovechó para hundir el dedo en la llaga y preguntarse cómo se las tendrá que ingeniar Barcina para mantener el acuerdo en Madrid y «dar coherencia» a ese Gobierno conjunto con el PSN en la Diputación navarra. El líder del PP, y diputado en el Parlamento navarro, aprovechó la ocasión para agradecer el apoyo de UPN a ese pacto a dos para modificar la Constitución española. Para él fue un símbolo de una «muy favorable actitud» de ese partido.
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