Berlín se suma a las dificultades de Merkel

Ayer se confirmó la última derrota electoral de la CDU de Angela Merkel junto a la victoria del socialdemócrata SPD en elecciones regionales, en este caso en las de la ciudad-estado de Berlín. A la derrota de la CDU -aunque sube dos puntos- hay que añadirle la desaparición de su socio de Gobierno, el liberal FDP, del Parlamento berlinés. Ahora está por ver si los socialdemócratas gobiernan en compañía de los Verdes, cuyo ascenso no aparece ya tan fulgurante, o con la CDU, lo que es menos probable, y menos aún con el socialista Die Linke, con quien han gobernado hasta ahora, pero la coalición ha perdido la mayoría absoluta. La sorpresa, más que una anécdota, llegó de la mano del Partido Pirata, que se hizo con un 9% de los votos.
Estos resultados trascienden el futuro Gobierno de un estado federado por su incidencia en toda Alemania e incluso en la eurozona. Han sido las séptimas elecciones regionales celebradas este año y han supuesto la sexta derrota de la CDU de Angela Merkel y otra debacle de su socio en el Ejecutivo federal, el FDP, excluido ya de cuatro parlamentos regionales. En esa situación de debilidad Merkel afrontará próximamente en el Bundestag una votación que afectará a toda la eurozona, pues se trata de otorgar más poderes al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. A esa debilidad se añade la polémica en torno al abandono o no del euro por parte de Grecia no sólo con el FDP, sino con quienes en el seno de su propio partido parecen decantarse por forzar la salida del país heleno del euro.
La complicada situación de Merkel podría sugerir que su andadura al frente de Alemania toca a su fin. Sin embargo, el sostenimiento de las exportaciones y la capacidad de la canciller para evitar o, al menos, retrasar un hundimiento de la unión monetaria se presentan como clave para la posición en la que ésta llegue a las elecciones dentro de dos años. Por otro lado, si sus socios de Gobierno reformulasen su ideario y se situasen claramente en el euroescepticismo, la CDU se vería forzada a recurrir a la coalición con el SPD, con quien ya gobernó en su primer mandato, o a anticipar las elecciones.

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