De la incertidumbre a la sucesión

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En la Revolución Bolivariana empezó el tiempo de las definiciones
Carlos Carcione, Stalin Pérez Borge, Juan García, Gonzalo Gómez, Zuleika Matamoros, Alexander Marín
Marea Socialista

Desde el 8 de febrero la noticia sobre el país que recorre el mundo y que ha impactado al pueblo venezolano y a otros pueblos más allá de nuestras fronteras es la devaluación del bolívar. Medida equivocada, anunciada como se hace tradicionalmente en los principales países capitalistas: un viernes previo a las vacaciones de Carnaval y a las 4 de la tarde. Este hecho contradice lo que se venía diciendo y es otra incongruencia y símbolo de lo que está sucediendo en el proceso revolucionario.

Queramos o no, empezó un tiempo donde se juega el capital político construido en más de dos décadas de esfuerzos enormes realizados por el liderazgo del Comandante Chávez y de lucha del Pueblo Bolivariano.

La realidad es que ya han pasado dos meses sin recibir la voz, las imágenes, la presencia inconfundible y original del Comandante. Es cierto, que ha habido partes oficiales y hasta Fidel declaró en una de sus breves y escasas apariciones públicas que nuestro “Presidente estaba mejorando”. Pero, desde que se anunció que se prepara su retorno estamos pendientes de que ello ocurra. Es probable que su vuelta suceda como todos esperamos, en el corto plazo. Sin embargo, se siente y hasta se desea para su bien, que esta vuelta será para continuar con su tratamiento, aunque eso lleve a que no pueda asumir nuevamente el gobierno.

El problema que nos ocupa es que flota en el aire una sensación de orfandad no resuelta y de angustia contenida. Existe el peligro de que la incertidumbre se generalice y de que tome cuerpo la desmoralización. El proceso revolucionario ha entrado en alerta y está llegando el momento de tomar definiciones.
El manejo de la situación provocada por la ausencia de Chávez

La dificultad para el análisis radica en que navegamos sin claros instrumentos de orientación. No se nos podrá culpar de un error de cálculo cuando tenemos que andar en medio de una información parcial, casi siempre contradictoria y muchas veces manipulada. Es necesario decir que desde la cúpula del gobierno y del partido se están cometiendo errores que advertimos podrían suceder desde hace ya mes y medio[i]: Si no se informa claramente un pronóstico tentativo sobre el futuro de Chávez ni se dan los pasos que se desprendan de ese pronóstico, se está debilitando al proceso bolivariano de manera estratégica y fortaleciendo a la oposición, aunque esto hoy no parezca posible.

Es cierto que la oposición está atravesando su peor momento desde que, después de la derrota del golpe de abril, del paro sabotaje y del referéndum revocatorio, logró reagruparse en la MUD. Hoy está dividida y sin brújula y con dos derrotas electorales contundentes en el último trimestre del 2012 y todavía analizando por qué perdieron el 7 de octubre[ii]. Pero la base social y política de la revolución corre el riesgo de desmoralizarse por el mal manejo del indudable cambio de etapa que significa la ausencia del Presidente Chávez. Y por la emergencia de una situación que amenaza el nivel de vida popular.

En los últimos meses se están produciendo hechos graves sobre los que no se está actuando eficientemente o en los que se está cediendo a la presión de la oligarquía. 1) Se ha tolerado un desabastecimiento y especulación con muchos de los principales productos de consumo popular, especialmente en alimentos e higiene, sin que ninguno de los principales empresarios y especuladores responsables de esa situación vaya preso, ni se tomen medidas ejemplares para evitar el acaparamiento[iii]. 2) Se ha aceptado pasivamente que se provocara una espiral ascendente en el crecimiento de los precios para acceder a esos productos, desatando una carestía que disolvió el poder de compra del salario, sin que se aprueben medidas eficientes que defiendan el salario popular. 3) Se ha vacilado frente a las turbulencias económicas y políticas impulsadas por una fuerte presión devaluatoria sobre el bolívar por parte del capital financiero (el gran beneficiario de esta medida), a la que finalmente se ha cedido, sancionando una devaluación que afectará esencialmente al pueblo más humilde, es decir al pueblo chavista, en un nuevo golpe al salario y a los recursos para las políticas sociales.

Frente a esto como mostró el caso de la devaluación, se utilizó una forma equivocada[iv] para su tratamiento, dejando de lado la opinión o la posibilidad de decidir y sobre todo de combatir del pueblo bolivariano. Se recurrió a noticias contradictorias, muchas veces desmentidas por los hechos. Creando así un lógico sentimiento entre el pueblo chavista de haber sido burlados o al menos manipulados una vez anunciada la medida. De esta manera, además de que el pueblo bolivariano tiene la sensación amarga y real de haber amanecido más pobre el sábado 9 de febrero, se daña irremediablemente el principal capital político del proceso y que tiene Chávez: se ha devaluado junto con la moneda la confianza en la palabra de los responsables del gobierno y el partido y esto es grave.

¿Estamos en una coyuntura de elecciones presidenciales?

Desde los altos cargos del gobierno y el partido se ha entrado, aunque erradamente no se lo reconozca, en una dinámica de campaña electoral presidencial (Y, si fuera necesario, hay muchas formas de hacerlo sin activar fechas supuestamente obligatorias). El 10 de enero se desarrolló una importante movilización en la que el pueblo se comprometió a defender el nuevo mandato de Chávez que comenzó ese día y ese pueblo se juramentó como presidente, esa fue la última señal de participación entusiasta del pueblo bolivariano. Pero luego se han desarrollado dos nuevas concentraciones en apenas quince días, el 23 de enero y el 4 de febrero, que aunque representan importantes fechas históricas, tuvieron características electorales. El objetivo de esto es, según un despacho de la agencia EFE que cita a importantes dirigentes del chavismo y que no fue desmentido por estos hasta ahora, para instalar a Nicolás Maduro como “una opción electoral verdaderamente competitiva”.

Sin información clara. Con acciones de tipo electoral ocultas tras fechas de conmemoración y con medidas que repercuten negativamente en el nivel de vida de la población más humilde y del pueblo chavista, está planteado que se produzca un desgobierno que solo beneficiará a la oposición. Aunque esta tenga muchos problemas y ninguno de sus líderes esté a la altura para disputar electoralmente con el chavismo, hay que repetir una vez más parafraseando a Fidel, la amenaza al proceso no viene de la oposición (por ahora), el peligro proviene de la actuación de los propios dirigentes del chavismo si continúan así.

Es un hecho que la situación creada por la enfermedad de Chávez en el seno del pueblo chavista requiere de una trato más trasparente, al menos asentado en la propuesta realizada por el mismo Comandante cuando el 8 de diciembre llamó a apoyar en cualquier situación “sobrevenida” a Nicolás Maduro como candidato a presidente. Pero como bien recuerda Javier Biardeau R. en un extenso y esclarecedor artículo publicado en aporrea.org[v]: “En el mal llamado “testamento político de Chávez” queda claramente establecido que Chávez no entregó un cheque en blanco a Nicolás Maduro, pues si por circunstancias sobrevenidas que inhabiliten de manera permanente a Chávez para ejercer el cargo de Presidente, el mismo Chávez llamó a prestarse todo el apoyo irrestricto a la figura de Nicolás Maduro, pero agregando una coletilla importantísima que algunos opinadores barren debajo de la alfombra: “dirigiendo junto al pueblo siempre, y subordinado a los intereses del pueblo, los destinos de esta patria””. Resulta, sin embargo, que el pueblo bolivariano no es tenido en cuenta para tomar las decisiones, ya que no se le informa y se lo sigue tratando simplemente como clientela electoral para acompañar acciones donde escuchar a sus nuevos “líderes”. Los que, es bueno recordar y con esto no ofendemos a nadie, tienen que andar todavía un largo camino para conquistar ese título.

De esta manera se profundiza un rumbo equivocado que ya Chávez había llamado a cambiar con su intervención conocida como “Golpe de Timón” del 20 de octubre de 2012. Porque mientras que un intelectual destacado como Vladimir Acosta hace un esfuerzo pedagógico ejemplar y valiente frente a todo el alto gobierno para explicar las debilidades del proceso[vi], el partido y el gobierno; los principales dirigentes ceden a la presión de la capital financiero y la oligarquía local y devalúan la moneda (medida felicitada por Fedecamaras, cámara empresaria responsable del golpe de Abril 2002 y del paro patronal y que viene presionando para lograr medidas complementarias como la contrarreforma por la vía de la reglamentación de la nueva Ley Orgánica del Trabajo).

Lo peor es que no comparten ni buscan debatir abiertamente con el pueblo bolivariano ni estas medidas ni el plan político para la inevitable transición que se avecina los próximos meses. Si esto es así, es necesario prepararnos por la calle del medio para las elecciones presidenciales. Preparar al pueblo bolivariano para esa lucha. Desatar la creatividad y energía que nuestro pueblo ha demostrado en los momentos más difíciles. De lo contrario desde la cúpula se está jugando con un fuego que devorará al proceso y del que no estarán a salvo tampoco los dirigentes que lo provocan.

La encrucijada actual

El impacto provocado por la ausencia de Chávez había congelado, hasta el momento de la devaluación, el proceso de crítica y rechazo que provocaba un enorme cuestionamiento a la burocracia del Estado y del partido. Ese era y empieza a volver a ser el proceso central que se venía desarrollando en el seno del pueblo bolivariano. Por eso es importante recordar la valoración que tenía el chavismo llano de la mayoría de los actuales dirigentes antes del 8 de diciembre, cuando Chávez anunció la necesidad de la nueva operación y la gravedad de la misma.

No recurriremos a chismes o a impresiones subjetivas para analizar este hecho. Obviamente lo podemos evaluar objetivamente volviendo a revisar algunos datos de las dos últimas elecciones, la del 7 de octubre y la del 16 de Diciembre de 2012. La oposición ha quedado golpeada, confundida y disminuida por estas derrotas pero este hecho no impide que analicemos lo que ha pasado y está volviendo a pasar en nuestro propio terreno. Otro dato objetivo es como ha sido la participación popular en la campaña presidencial.

De las dos elecciones, la más significativa es, desde luego, la presidencial del 7 de octubre. Pero empezaremos por las elecciones regionales del 16/D, que fueron una derrota contundente para una oposición ya golpeada el 7 de octubre, y que se explica por razones políticas profundas: 1) La decisión del pueblo bolivariano de darle un nuevo triunfo a Chávez, luego de haber recibido el impacto de la gravedad de su enfermedad. 2) El arrastre del triunfo del 7/O, con sus dos caras: el fortalecimiento del Chavismo y el debilitamiento extremo de la oposición por la derrota de las presidenciales. Salvo alguna excepción honorable, el resultado poco tiene que ver con los liderazgos regionales o con la maquinaria del partido.

Nos detendremos en los datos del 7 de octubre que son un síntoma claro de aquel proceso que señalamos más arriba. Chávez gana con el 55 % de los votos con una ventaja de 11% sobre Capriles, que obtiene algo más del 44 %. Pero si revisamos los resultados obtenidos por el Presidente, partido por partido de los que lo apoyaron, vamos a ver un dato muy importante y que refleja nuestra afirmación del crecimiento de la molestia popular con los dirigentes del partido y del gobierno.

El PSUV, el partido de Chávez, el que lo inscribe en su tarjeta y que sólo acepta el apoyo o adhesión de los llamados partidos aliados, apenas obtiene el 42% de los votos totales, es decir un 13% menos que el total obtenido por Chávez y menos votos que los obtenidos por la suma de las tarjetas de la MUD. Mientras que gracias a la elección realizada por los partidos aliados sumados se obtuvo ese 13% , que significaron más de 1.750.000 votos, es decir más votos que la diferencia total entre Chávez y Capriles. De esta manera el triunfo de Chávez fue asegurado por la participación de todos esos partidos.

Aunque suene duro, el hecho es que el 7/O con el PSUV no alcanzó. Este es un dato fundamental para evaluar como es visto el PSUV por un sector importante del pueblo chavista. Y este resultado se amplía en algunos Estados en las regionales del 16/D, donde los partidos aliados que presentaron candidatos propios, distintos de los del PSUV, en algunos casos llegaron a convertirse en segunda fuerza con más del 20% de los votos. Y en otros a ampliar significativamente la cantidad porcentual de votos obtenidos el 7/O.

En lo que hace a la campaña electoral presidencial es un hecho reconocido y comentado por una parte de la dirigencia y sobre todo por un sector importante del pueblo bolivariano que de no ser por el impulso dado por Chávez a las últimas tres semanas y al acto de cierre electoral en Caracas el 4 de octubre, la diferencia en la elección amenazaba con ser bastante menor que la que finalmente se obtuvo.

También es bueno recordar la actuación del pueblo bolivariano en las últimas horas de la votación el mismo 7 de octubre. El nerviosismo de las Salas Situacionales del gobierno y del partido quedó evidenciado al medio día del 7, cuando desde varios lugares llegó la información de que la ventaja era mínima y que había que ampliarla para asegurar el triunfo. El papel del partido en ese momento fue inútil. Sólo la acción de sectores de las misiones, la milicia bolivariana, y dirigentes y colectivos comunitarios y sociales de base logró lo que el partido estaba incapacitado para hacer: que, al entender el peligro que significaba una diferencia mínima, bajaran a votar desde lo alto de los cerros y desde los barrios más alejados de los centros de votación decenas de miles de personas que no pensaban hacerlo.

La campaña electoral en sí merece un párrafo. La historia develará el costo personal que significaron para el presidente Chávez esas tres semanas finales donde, prácticamente solo, acompañado por su pueblo, se cargó en sus espaldas un esfuerzo que ni la burocracia del partido ni del gobierno había realizado. La voluntad de Chávez y la lealtad absoluta del pueblo revolucionario percibieron el peligro y en una acción heroica construyeron el cierre de campaña del 4 de octubre[vii]. La imagen del Comandante hecho uno con su pueblo debajo de la lluvia torrencial, del soberano palo de agua de ese día, fundiéndose en un solo cuerpo, en una sola identidad, en una sola alma con el pueblo bolivariano, coronaron un esfuerzo supremo. Así se construyó el triunfo del 7/O de la misma manera que Chávez construyó siempre su liderazgo, en los aciertos y en los errores, de cara a su pueblo y hecho uno con él.

La historia ha puesto a Nicolás Maduro y también a Diosdado Cabello, porque no decirlo, en un momento crucial donde se prueban los hombres y las mujeres, las ideas y las políticas. La prueba que atraviesa el proceso bolivariano, en este momento histórico, frente a la ausencia de Chávez, es la construcción de un nuevo liderazgo del proceso y de una nueva institucionalidad revolucionaria. Como el conjunto del pueblo bolivariano aceptamos el pedido de Chávez de apoyar al Vicepresidente como candidato presidencial en el caso de una situación sobrevenida. Pero la aceptación pasa también por lo que mencionábamos más arriba: esa candidatura está atada al interés del pueblo y a su participación decisoria. Sin embargo en estos dos meses se han mostrado las debilidades que todos conocíamos: Ni Maduro ni Diosdado ni ninguno de los altos dirigentes del proceso es Chávez ni podrán serlo individualmente ni como equipo aislado, sólo podrían serlo como parte de un pueblo que se hizo Chávez. Sería bueno que ellos también lo asuman. Nuestro llamado es a que comprendan que, sin el pueblo bolivariano, chavista, civil y militar, participando activamente en las decisiones fundamentales y luchando por defender el proceso y enrumbar la revolución, están dilapidando el capital político que el Comandante dejó a su cuidado.

Abrir el debate sobre el rumbo del proceso y empezar a construir la nueva institucionalidad revolucionaria

Por el esfuerzo personal que tuvo que invertir, por las dificultades que se presentaron en la campaña electoral, en las elecciones y por la necesidad de defender el proyecto, llevaron a Chávez en sus últimas apariciones públicas fundamentales, a hacer centro en la autocrítica a la acción de gobierno. Y no solo a cuestionar la falta de eficiencia revolucionaria, él va más allá, cuestiona el punto en el que está el proyecto bolivariano todo. Lee los problemas del proceso, el malestar del pueblo bolivariano, el alejamiento del rumbo revolucionario y hace autocrítica y crítica. Y lo fundamental, abre un debate que lamentablemente por su enfermedad, y porque ninguno de los altos dirigentes del partido o del gobierno ha impulsado para que se continuara y mantuviera ha quedando truncado. Es el debate principal que tenemos por delante. El debate sobre el rumbo del proceso revolucionario.

Javier Biardeau en el artículo que mencionamos antes cita a Chávez: “Entonces, venimos con el tema de la democracia, el socialismo y su esencia absolutamente democrática, mientras que el capitalismo tiene en su esencia lo antidemocrático, lo excluyente, la imposición del capital y de las élites capitalistas. El socialismo no, el socialismo libera; el socialismo es democracia y la democracia es socialismo en lo político, en lo social, en lo económico.”

Y luego agrega ya Javier de su propia elaboración: “Chávez ha dejado un legado programático: un guión revolucionario, democrático y socialista abierto y activo, que no debe convertirse en objeto de olvido, duelo, nostalgia y melancolía. Si la revolución bolivariana olvida su horizonte socialista, democrático y revolucionario quedará estancada en una opción populista redistributiva con sensibilidad de izquierda que derivará, como derivó históricamente el legado de la revolución mexicana, en una opción desarrollista, burguesa y capitalista”. Y esto en el mejor de los casos, agregamos nosotros.

Por otra parte, el 2 de febrero último un aire fresco recorrió el ambiente cargado de revolución bolivariana. En la reinauguración del cine Aquiles Nazoa, a 14 años de la primera asunción de Chávez a la presidencia, con la presencia de casi todos los funcionarios principales del Alto Gobierno, y transmitido por la señal de Venezolana de Televisión, el profesor Vladimir Acosta dio una clase magistral de dignidad revolucionaria. En una ponencia extraordinariamente oportuna se extendió por casi 40 minutos señalando los aciertos pero sobre todo los problemas a atacar dentro del proceso revolucionario. Ver el video es una necesidad[viii] para aquellos que busquen entender las preocupaciones que con más o con menos están en la cabeza de importantes sectores del pueblo bolivariano.

Estos dos ejemplos, aunque en realidad hay muchos otros, son prueba de la necesidad de abrir ese gran debate que Chávez inició el 20 de octubre. No hay que esperar que la iniciativa provenga desde arriba, la deberán impulsar los colectivos, las corrientes, grupos o partidos que estén interesados en recuperar un rumbo revolucionario para el proceso bolivariano.

Pero el debate hay que llenarlo de fuerza y lucha del pueblo. La devaluación del bolívar y la forma cómo fue tomada la medida o la incapacidad de resolver de manera rápida y eficiente el acaparamiento y la especulación, hace urgente la participación decisoria en gobernabilidad revolucionaria del pueblo bolivariano con sus organizaciones sociales. La activación del poder constituyente[ix] es una necesidad urgente para asumir esta responsabilidad. En ese sentido los avances dados en la convocatoria de los colectivos sociales comprometidos en la construcción de un Encuentro Político del Pueblo Bolivariano en Lucha[x], ha venido dando pasos hacia la construcción de instancias de base que se preparen para la tarea. El sábado 2 de febrero se realizó en la Universidad Bolivariana de Venezuela, en los Chaguaramos, Caracas, la primera reunión nacional promotora del Encuentro. Participaron representantes que agrupan a más de cien colectivos de diferentes regiones del país. Y resolvieron entre otras medidas dedicar lo que queda del mes de Febrero y Marzo para poner en pie, en las regiones y estados los equipos promotores de la iniciativa.

En el camino de la construcción desde las bases del Encuentro se resolvieron tareas importantes, como la realización de Foros, la edición de publicaciones para socializar los avances y debates que se dan en el espacio, entre otras. Y sobre todo se quedó en la preparación de iniciativas para enfrentar desde el punto de vista de la movilización del pueblo bolivariano la defensa de las conquistas de la revolución.

Por ahora el pueblo bolivariano esta a la espera de la vuelta de Chávez. Ha rogado y ruega por la recuperación del Comandante. Escribirá cartas de amor para Chávez. Pero algo cambió el viernes 8. No por lo que significa económicamente la devaluación para los bolsillos populares, que inevitablemente serán golpeados. Es algo más importante, cambió o está cambiando el nivel de confianza, entre pueblo y gobierno. No alcanza con justificar que son “estrategias” para enfrentar a la oligarquía, que “nosotros”, el pueblo, no podemos conocer todo porque de lo que se informe se aprovechará la burguesía. Los que enfrentaron una vez el golpe de Abril al grito de “Queremos ver a Chávez” y arriesgaron la vida para traerlo de vuelta aquel 12 y 13 de abril, se abrirán paso entre las incógnitas, las dudas y los ocultamientos. Porque ha empezado un tiempo de definiciones y en ése tiempo nos probaremos todos, dirigentes y pueblo llano. Pero en esto el pueblo bolivariano y Chávez tienen una ventaja: ya demostraron lo que son capaces de hacer.

* Carlos Carcione, Stalin Pérez Borge, Juan García, Gonzalo Gómez, Zuleika Matamoros, Alexander Marín son militantes de Marea Socialista, corriente política-juvenil-sindical y popular de militantes del PSUV.

 


[i] http://www.aporrea.org/ideologia/a156622.html Documento De qué estamos hablando: Chávez y el liderazgo de la Revolución Bolivariana

[ii] http://www.noticierodigital.com/2013/02/6to-poder-informe-confidencial-de-la-mud-nos-equivocamos/ Documento reservado de balance electoral de la MUD done describen los errores electorales que cometieron, filtrado al conocimiento público por 6tº Poder.

[iii] http://www.aporrea.org/trabajadores/n222315.html Entrevista a Stalin Pérez sobre acaparamiento y especulación.

[iv] http://www.aporrea.org/actualidad/a159038.html Declaración de Marea Socialista sobre devaluación.

[v] http://www.aporrea.org/ideologia/a158612.html Javier Biardeau R. El drama político de Chávez: El Golpe de Timón en el Alto Gobierno.

[vi] http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=RIstUW4PGdA Ponencia de Vladimir Acosta en Cine Aquiles Nazoa, en Foro 14 años de revolución. Subida a youtube.com, por Luigino Bracci.

[vii] http://www.aporrea.org/ideologia/a151697.html Documento de balance del acto de cierre de campaña electoral presidencial. Como en Abril del 2002: Ha sucedido otro 13 de consecuencias incalculables.

[viii] Idem vi

[ix] http://www.aporrea.org/desalambrar/n220141.html Reflexión pública para avanzar en proceso Constituyente. Documento presentado al debate en la iniciativa por un Encuentro Político del Pueblo Bolivariano en Lucha.

[x] http://www.aporrea.org/poderpopular/n221173.html Llamado de Colectivos de Caracas a la iniciativa para convocar un Encuentro Nacional Político del Pueblo Bolivariano en Lucha.


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