ALOCUCIÓN DEL PRESIDENTE CUBANO RAUL CASTRO
(17 diciembre 2014)
Compatriotas
Desde mi elección como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, he reiterado en múltiples ocasiones, nuestra disposición a sostener con el gobierno de los Estados Unidos un diálogo respetuoso, basado en la igualdad soberana, para tratar los más diversos temas de forma recíproca, sin menoscabo a la independencia nacional y la autodeterminación de nuestro pueblo.
Esta es una posición que fue expresada al Gobierno de Estados Unidos, de forma pública y privada, por el compañero Fidel en diferentes momentos de nuestra larga lucha, con el planteamiento de discutir y resolver las diferencias mediante negociaciones, sin renunciar a uno solo de nuestros principios.
El heroico pueblo cubano ha demostrado, frente a grandes peligros, agresiones, adversidades y sacrificios, que es y será fiel a nuestros ideales de independencia y justicia social. Estrechamente unidos en estos 56 años de Revolución, hemos guardado profunda lealtad a los que cayeron defendiendo esos principios desde el inicio de nuestras guerras de independencia en 1868.
Ahora, llevamos adelante, pese a las dificultades, la actualización de nuestro modelo económico para construir un socialismo próspero e sostenible.
Resultado de un diálogo al más alto nivel, que incluyó una conversación telefónica que sostuve ayer con el Presidente Barack Obama, se ha podido avanzar en la solución de algunos temas de interés para ambas naciones.
Como prometió Fidel, en junio del 2001, cuando dijo: ¡Volverán!, arribaron hoy a nuestra Patria, Gerardo, Ramón y Antonio.
La enorme alegría de sus familiares y de todo nuestro pueblo, que se movilizó infatigablemente con ese objetivo, se extiende entre los cientos de comités y grupos de solidaridad; los gobiernos, parlamentos, organizaciones, instituciones y personalidades que durante estos 16 años reclamaron e hicieron denodados esfuerzos por su liberación. A todos ellos expresamos la más profunda gratitud y compromiso.
Esta decisión del Presidente Obama, merece el respeto y reconocimiento de nuestro pueblo.
Quiero agradecer y reconocer el apoyo del Vaticano, y especialmente, del Papa Francisco, al mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Igualmente, al Gobierno de Canadá por las facilidades creadas para la realización del diálogo de alto nivel entre los dos países.
A su vez, decidimos excarcelar y enviar a Estados Unidos a un espía de origen cubano que estuvo al servicio de esa nación.
Por otra parte, basados en razones humanitarias, hoy también fue devuelto a su país el ciudadano norteamericano Alan Gross.
De manera unilateral, como es nuestra práctica y en estricto apego a nuestro ordenamiento legal, han recibido beneficios penales los reclusos correspondientes, incluida la excarcelación de personas sobre las que el Gobierno de los Estados Unidos había mostrado interés.
Igualmente, hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar.
Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en Ley, el Presidente de los Estados Unidos puede modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas.
Proponemos al Gobierno de los Estados Unidos adoptar medidas mutuas para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre nuestros países, basados en los principios del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
Cuba reitera su disposición a sostener cooperación en los organismos multilaterales, como la Organización de Naciones Unidas.
Al reconocer que tenemos profundas diferencias, fundamentalmente en materia de soberanía nacional, democracia, derechos humanos y política exterior, reafirmo nuestra voluntad de dialogar sobre todos esos temas.
Exhorto al Gobierno de los Estados Unidos a remover los obstáculos que impiden o restringen los vínculos entre nuestros pueblos, las familias y los ciudadanos de ambos países, en particular los relativos a los viajes, el correo postal directo y las telecomunicaciones.
Los progresos alcanzados en los intercambios sostenidos demuestran que es posible encontrar solución a muchos problemas.
Como hemos repetido, debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias.
Sobre estos importantes temas volveremos a hablar más adelante.
Muchas gracias.
*****
STATEMENT BY THE CUBAN PRESIDENT RAUL CASTRO
(December 17, 2014)
Fellow countrymen,
Since my election as President of the State Council and Council of Ministers I have reiterated in many occasions our willingness to hold a respectful dialogue with the United States on the basis of sovereign equality, in order to deal reciprocally with a wide variety of topics without detriment to the national Independence and self-determination of our people.
This stance was conveyed to the US Government both publicly and privately by Comrade Fidel on several occasions during our long standing struggle, stating the willingness to discuss and solve our differences without renouncing any of our principles.
The heroic Cuban people, in the wake of serious dangers, aggressions, adversities and sacrifices has proven to be faithful and will continue to be faithful to our ideals of independence and social justice. Strongly united throughout these 56 years of Revolution, we have kept our unswerving loyalty to those who died in defense of our principles since the beginning of our independence wars in 1868.
Today, despite the difficulties, we have embarked on the task of updating our economic model in order to build a prosperous and sustainable Socialism.
As a result of a dialogue at the highest level, which included a phone conversation I had yesterday with President Obama, we have been able to make headway in the solution of some topics of mutual interest for both nations.
As Fidel promised on June 2001,when he said: “They shall return!” Gerardo, Ramon, and Antonio have arrived today to our homeland.
The enormous joy of their families and of all our people, who have relentlessly fought for this goal, is shared by hundreds of solidarity committees and groups, governments, parliaments, organizations, institutions, and personalities, who for the last sixteen years have made tireless efforts demanding their release. We convey our deepest gratitude and commitment to all of them.
President Obama’s decision deserves the respect and acknowledgement of our people.
I wish to thank and acknowledge the support of the Vatican, most particularly the support of Pope Francisco in the efforts for improving relations between Cuba and the United States. I also want to thank the Government of Canada for facilitating the high-level dialogue between the two countries.
In turn, we have decided to release and send back to the United States a spy of Cuban origin who was working for that nation.
On the other hand, and for humanitarian reasons, today we have also sent the American citizen Alan Gross back to his country.
Unilaterally, as has always been our practice, and in strict compliance with the provisions of our legal system, the concerned prisoners have received legal benefits, including the release of those persons that the Government of the United States had conveyed their interest in.
We have also agreed to renew diplomatic relations.
This in no way means that the heart of the matter has been solved. The economic, commercial, and financial blockade, which causes enormous human and economic damages to our country, must cease.
Though the blockade has been codified into law, the President of the United States has the executive authority to modify its implementation.
We propose to the Government of the United States the adoption of mutual steps to improve the bilateral atmosphere and advance towards normalization of relations between our two countries, based on the principles of International Law and the United Nations Charter.
Cuba reiterates its willingness to cooperate in multilateral bodies, such as the United Nations.
While acknowledging our profound differences, particularly on issues related to national sovereignty, democracy, human rights and foreign policy, I reaffirm our willingness to dialogue on all these issues.
I call upon the Government of the United States to remove the obstacles hindering or restricting ties between peoples, families, and citizens of both countries, particularly restrictions on travelling, direct post services, and telecommunications.
The progress made in our exchanges proves that it is possible to find solutions to many problems.
As we have reiterated, we must learn the art of coexisting with our differences in a civilized manner.
We will continue talking about these important issues at a later date
Thank you.
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